Ideas

Oso, florero y bebito fiu fiu

¿Cuál es el mérito de la menor de las hermanas Alcalde para ocupar el cargo más importante del Gabinete presidencial? Esa es la pregunta que el Presidente Andrés Manuel López Obrador no puede responder y menos justificar. Y dejémonos de romantizar el tema de género y/o el de juventud, que nada tienen qué ver cuando se trata de argumentar por qué se entregó el segundo cargo más importante de la República Mexicana a Luisa María Alcalde Luján, toda vez que consta que carece de las credenciales, la pericia y las habilidades para desempeñar un encargo de tal envergadura.

Por principio de cuentas, se tiene que decir que la nueva secretaria de Gobernación ha sido privilegiada del sistema, beneficiándose de figuras como el nepotismo, el amiguismo, los compromisos y quién sabe qué otros acuerdos inconfesables.

Luisa María Alcalde Luján es hija de Bertha Elena Luján Uranga, mujer cercanísima al Presidente tabasqueño. Fue la primera secretaria general de Morena cuando López Obrador fue su presidente en 2014. Fue nombrada presidente del Consejo Nacional del partido, cargo que dejó para poder competir por la presidencia del partido, y ya antes había sido titular de la Contraloría del Distrito Federal bajo la égida del tabasqueño como Jefe capitalino.

Su padre, Arturo Alcalde Justianini, es abogado especialista en materia laboral, quien se ha visto envuelto en polémicas por conflicto de interés al ser defensor de Sindicatos siendo su hija titular de la Secretaría de Turismo y Previsión Social (STPS).

Evidentemente, hay demasiado poder concentrado en la familia Alcalde Luján, y lo habría aún más si la presión ciudadana no hubiese intervenido para evitar que la hija mayor de los Alcalde, Bertha, se convirtiese en presidente del INE, pues no hay que olvidar que era el alfil que Andrés Manuel quería tener en el órgano electoral para dinamitarlo por dentro, pero la fémina carecía de conocimientos y experiencia en materia electoral, y siendo su único mérito la cercanía del Presidente con sus padres, se impuso la presión y el rechazo de la sociedad.

Para Luisa María, el camino ha sido llano, despejado, sin contratiempos. De ser propagandista de López Obrador, en 2011 se afilió a Morena y un año después, a sus escasos 24 años de edad, ya ocupaba una curul en el Congreso de la Unión bajo las siglas de Movimiento Ciudadano, y en 2018 fue nombrada secretaria del Trabajo en el gabinete de AMLO, quien ahora la ha distinguido designándola secretaria de Gobernación, pese a que dista mucho de contar con las credenciales y cubrir el perfil para el cargo que honorablemente desempeñaron personajes de la talla de Fernando Gutiérrez Barrios, Patrocinio González, Emilio Chuayffet, Francisco Labastida, Diódoro Carrasco, Santiago Creel, Francisco Ramírez Acuña o el propio Miguel Ángel Osorio Chong.

Ojalá Luisa María sea una grata revelación, pero seguramente será un nuevo florero en el edificio de Bucareli, que ya antes adornó la ex ministra Olga Sánchez Cordero, a quien delegarán los temas irrelevantes mientras los grandes asuntos se abordarán en Palacio Nacional.

Por otro lado, el Presidente Andrés Manuel López Obrador designó como secretario del Trabajo, un puesto clave de su Gobierno, a Marath Bolaños López, quien como subsecretario de la STPS era el encargado de “Jóvenes Construyendo el Futuro”, un programa social insignia del Mandatario tabasqueño implementado para pagar una beca de seis mil 310 pesos mensuales a más de 2.3 millones de aprendices laborales. Sin embargo, resultó ser otro rincón más de corrupción del Gobierno, ya que se han detectado irregularidades en el diseño, operación y resultados del programa, las cuales evidenciaron el otorgamiento de becas a Servidores de la Nación, centros de trabajo “fantasma”, desvíos millonarios y bases de datos poco confiables que repercutieron en el padrón de beneficiarios. Además, los jóvenes han denunciado que se les obliga a hacer proselitismo a favor de Morena.

Asimismo, hay que destacar que Bolaños López forma parte del círculo de amigos del hijo del Presidente, Andrés López Beltrán (Andy), quienes han obtenido posiciones clave en el Gobierno federal.

En un hilo de Twitter, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) recordó que desde noviembre de 2022 informó que Bolaños había escalado posiciones en Morena y en el Gobierno federal gracias a su cercanía con López Beltrán.

También se recordará que otros de sus amigos obtuvieron contratos por más de 100 millones de pesos en relación con el proyecto del Lago de Texcoco.

MCCI refiere que Bolaños López escaló de asistente administrativo en Morena a secretario particular de Marcelo Ebrard (en 2018), y de ahí a subsecretario del Trabajo (en octubre de 2020), y ahora asume como titular de una de las secretarías más importantes del actual régimen.

El oso de Ebrard

Marcelo Ebrard puso en marcha la peor estrategia que pudo haber diseñado en lo que fue el arranque oficial de su gira de trabajo en busca de la Coordinación Nacional de la Defensa de la Cuarta Transformación, que no es otra cosa que una precampaña disfrazada. Y no exagero si me refiero a esta como autosabotaje, en un desastroso intento por congraciarse con el Presidente López Obrador.

Y es que en la cabeza del ex canciller se concibió como una gran idea presentar la creación de una nueva Secretaría de Estado: “La Secretaría de la Cuarta Transformación”, para la cual propondría a Andrés Manuel López Beltrán (Andy) como titular de la nueva dependencia.

“Esta secretaría nos ayudaría a garantizar no sólo la continuidad, sino también que se alcancen los objetivos de la Cuarta Transformación”, sentenció.

Entre sus funciones se encontraría la de garantizar que en el Gobierno se siga con la política de ahorros implementada desde 2018.

“La coordinación de austeridad republicana tiene que ver con el código de ética de las personas servidoras públicas del gobierno y de todos los integrantes del Gobierno federal, y también vigilar que el presupuesto sea aplicado con los criterios de ahorro y austeridad que deben ser”, sostuvo Ebrard.

Claramente, en un desproporcionado acto de zalamería, el también ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de México ofreció al Presidente mexicano la impunidad para los miembros de su familia, de su Gobierno y de la Cuarta Transformación en el eventual caso de ser elegido como el candidato a la sucesión.

Fue el propio Andy quien, por medio de un comunicado, le dijo que muchas gracias, pero que no estaba interesado, bateando su propuesta más allá del parque de pelota.

Mal comenzó, pues, la “corcholata” que presuntamente apuntala las encuestas. No se ha reflejado aún cuánto perdió en dichas mediciones, pero lo que sí dejó de manifiesto es que también es un peligro para México.

Síguenos en

Temas

Sigue navegando