Onix, Versa y Virtus
En los últimos seis meses, las tres mayores marcas en el mercado mexicano renovaron sus sedanes subcompactos, poniendo la competencia más fuerte que nunca y elevando el nivel de estos coches de una manera que no se hubiera imaginado hace dos o tres años. Todos tienen sus fortalezas, que reflejan la filosofía y momento de cada empresa. Como entre Nissan, General Motors y Volkswagen se concentran 50% del mercado nacional, el arribo de esos tres autos es lo más importante que hemos visto en tiempos recientes. ¿Cuál es el mejor entre Virtus, Versa y Onix? Cada uno tiene sus virtudes y sus áreas de oportunidad y lo más adecuado para ti puede no serlo para otros.
La primera en traer su sedán fue Volkswagen. El Virtus llegó ofreciendo armas como el espacio inigualable y la más sólida de las plataformas en la categoría, pero falla en la oferta de seguridad, con solo cuatro bolsas de aire contra seis de sus rivales; queda algo corto en el motor, un 1.6 de aspiración natural y 110 HP y su precio se ubica en la parte alta del segmento, algo que en parte se debe al hecho de que es el único que no está hecho en México.
Cerca de dos meses más tarde Nissan sorprendió con el Versa. De ser un coche popular y poco seguro, destinado a flotillas y taxis, el nuevo Versa 2020 usa la plataforma de Kicks y si pierde en espacio, gana en rigidez estructural, silencio y refinamiento. También ofrece la versión más segura no solo de su segmento, pero mejor que autos de hasta dos segmentos más arriba. En seguridad activa nadie le gana al Versa, recordando que la seguridad activa es la que está diseñada para evitar un choque, mientras que la pasiva, como bolsas de aire y cinturones de seguridad, protege a los ocupantes después de un choque.
Sorpresa y el camino a seguir
El Versa no es solo el más seguro, es también el más equilibrado y me refiero a los acabados, que son los mejores entre estos tres; a la plataforma, que no es tan sólida como la del Virtus pero nos parece más rígida que la del Onix y al conjunto mecánico, cuyo motor, dirección, frenos y suspensión se ubican en la parte alta del segmento, aunque sin llegar a la cima de éste.
Este mes de febrero los distribuidores de Chevrolet en México empiezan a entregar los primeros Onix, un auto que se arma en la plataforma GEM (Global Emerging Markets) que la marca diseñó en China para mercados como el nuestro. La mayor fortaleza del Onix se encuentra bajo el cofre, con dos motores turbo de tres cilindros, 1.0 y 1.2 litros, cuyas potencias de 114 y 130 HP resultan muy superiores a sus rivales no solo en números directos, sino que debido a la altitud elevada de muchas ciudades mexicanas, contar con un turbo significa contar con la potencia neta sin importar si el conductor lo maneje en Toluca o en Puerto Vallarta. El resto del conjunto mecánico es competente pero no sobresaliente, siendo su punto más débil la dirección demasiado suave, algo lenta y nada comunicativa. Los acabados, si bien son correctos en su clase, quedan a deber no solo contra el Versa, también contra el Kia Rio, el Accent y el Mazda 2.
No hay, desde mi punto de vista, un claro ganador entre los tres sedanes familiares más recientes en el país, aunque su equilibrio me hace inclinarme un poco más por el Versa. A futuro, sin embargo, creo que es VW la que tiene más posibilidades de ponerse arriba, ya que equipar al Virtus con un mejor motor y 2 bolsas de aire más, es más factible que mejorar la dirección y los acabados del Onix o equipar al Versa con una caja más fiable y placentera que la CVT que usa.
Lo único cierto en este momento es que las tres gigantes en México elevaron la vara con la que se miden los sedanes subcompactos, haciendo que enemigos como Kia, Toyota, Mazda o Honda, tengan que esmerarse más que nunca por luchar en ese segmento. Quien gana con esa guerra, es el consumidor.