Omisiones pandémicas
Como lo comenté ayer aquí, el litigio que tiene en marcha la joven abogada tapatía Elizabeth Zavala en contra de la farmacéutica inglesa AstraZeneca por las afectaciones a su salud que, asegura, le provocó la vacuna antiCovid-19, entre ellas un infarto de ojo (un evento trombótico ocular, irreparable e irreversible), exhibirá también la opacidad con la que el Gobierno de la 4T adquirió las vacunas y el incumplimiento de procedimientos para dar seguimiento a las afectaciones provocadas por el suministro de las distintas dosis.
De entrada, la quejosa plantea que México incumplió con lo establecido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) respecto a las obligaciones en el manejo de las vacunas contra el COVID-19, en el sentido de no recabar el consentimiento libre, previo, informado y entendible a cada ciudadano que se inyectó contra ese virus.
En el expediente, obra también un documento que prueba cómo la afectada habló, con presencia de fedatario público, a los números telefónicos que estaban en el “Comprobante de vacunación contra el virus SARS-COV2” que dieron a todos los hombres y mujeres que se vacunaron: “Para reportar un evento adverso y encontrar más información sobre la vacuna contra el COVID-19 visita la página https://coronavirus.gob.mx/vacunación-covid/ o llama al teléfono de la Unidad de Inteligencia Epidemiológica y Sanitaria al 800 0044800”, sin que nadie atendiera su llamada.
Por ello, ya con la presencia de un notario, volvió a llamar a ese número de emergencias el 6 de septiembre del 2021, 16 días después del evento adverso y luego de haber estado hospitalizada, sin que nadie contestara nuevamente, más allá de una grabación que le pedía seleccionar un número de acuerdo a sus necesidades sin llegar nunca a tener contacto con algún operador telefónico. El fedatario certificó incluso que envió el formulario electrónico que en la página web existía para reportar “eventos adversos”, “para que un especialista se comunique contigo a la brevedad”, cosa que nunca ocurrió.
“Es importante mencionar que”, se lee en la denuncia, ”a la fecha de presentación de esta reclamación, ningún especialista en salud se ha comunicado con la suscrita; ello, no obstante haber enviado mi aviso electrónico de evento adverso a la sustancia denominada vacuna COVID-19 de AstraZeneca”.
Con estos y otros elementos, la abogada tapatía denuncia la omisión, el abandono de personas y la violación al derecho a la salud de las autoridades de salud en México, al no asistir y atender a los ciudadanos que reportaron eventos graves y adversos a la vacuna de esta farmacéutica.
Mañana concluyo con esta primera aproximación al litigio de Elizabeth Zavala contra AstraZeneca, que la llevó a indagar también las versiones públicas de los contratos de esta firma inglesa con los distintos países a los que vendió vacunas y que muestran la opacidad con la que se firmaron en México.
jbarrera4r@gmail.com