Ideas

Ojalá y se cumplan todas las promesas electorales

Pues ahora que nos proponemos descansar del agobio que ha causado este larguísimo festejo electoral, al menos a mí me tiene atemorizado el hecho de estar frente a tantas boletas y votar, por equivocación, por quien no quiero votar. Me parece que la solución más fácil es votar por los mismos candidatos de cada partido. El problema es que ninguno tiene un grupo que garantice que todos los de este son los menos peores; en mi opinión, todos son malos, pero siendo malos hay siempre unos más malos. De diputados ni les digo porque esos, con que sepan obedecer, me basta.

Pero en este fin de elecciones todos prometen como si fuera reparto de elotes en fiesta de agraristas, y da gusto pensar en líneas de tren. Ha habido promesas de trenes voladores y otras chuladas. Al final, los que ganen van a dar lo que puedan, y eso en el mejor de los casos, porque pueden ser peores.

En realidad, la única que puede prometer es Claudita, ya que todas, pero todas las encuestas del mundo y planetas cercanos dicen que va a ganar. Pero, aun si esto es cierto, no se les olvide que no se es presidente hasta que se trae la banda tricolor, y todavía el que la trae es el licenciado López Obrador, y el que manda es él y solo él. Por lo que hay muchos que dudan que cederá los mandos. Yo creo que hasta que ceda la banda, el que la porta es el dueño del balón, y eso lo sabe muy bien Claudita. Pero, aun así, ya ha señalado algunas ideas y, por si le faltaran, voy con mi hacha para proponer.

Hay ciertos actos en que, a mi juicio, se cometen graves injusticias; por ejemplo, un sector feminista ha logrado que la mitad de los puestos sea ocupado por mujeres, cubriendo una injusticia que se llevaba a cabo. Pero dentro de las damas hay unas que son más obesas que otras, y a mí me parece de elemental justicia que un porcentaje de candidatas y candidatos debieran ser elegidos entre los gordos y gordas del país, en la misma proporción que se haga así con los pelones, chaparros, fumadores y cualquier distinción. Y si no se hace, por cualquier motivo, pues que dentro de los dineros que nos da el presidente se incremente un porcentaje por no haber sido elegidos, suma que fácilmente podría cubrir el ganador del puesto. Así que el gordo, gorda o cualquier segregado recibiría un aumento en su beneficio, que cubriría la discriminación de no haber sido tomado en cuenta.

Yo se lo pediría, pero, desde luego, esta modesta columna con nuestra charla semanal no llega a tan altos niveles, por lo que deberemos pedir a sus amigos que lo hagan; de preferencia que no sean del estado, porque a los de aquí no parece hacerles mucho caso. Pero si hay alguno, pues no sea gacho y socórranos.

@enrigue_zuloaga

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