Oferta: conversaciones gratis en Paseo Alcalde
Conocí a Gaal Cohen, 71 años, el viernes pasado en Paseo Alcalde, justo frente al Museo del Periodismo de Guadalajara. Regresaba de comer, agobiado por un dilema laboral, cuando me topé con su letrero: «Conversaciones gratis. ¿Te late platicar? Si la silla está libre, ¡anímate!».
Aproveché el ofertón. Tomé asiento frente a él, me entregó una sombrilla para cubrirme del Sol y le expuse mi dilema, una especie de encrucijada absurda pero muy real. Me escuchó atento y cuando terminé, se quedó pensativo. De origen francés, pero de madre flamenca y padre judío-marroquí, Gaal llegó a México hace 28 años. Esa experiencia local, me explicó, le ha permitido entender que en este país, lo surreal es lo normal: «México es surreal, pero funciona».
Gaal, apodado«Iaio» (abuelo en catalán; perro viejo en otomí), es un tapatío por adopción, artista, fotógrafo, tanatólogo y especialista en medicina China. Forma parte del Free Movement Conversation, un movimiento global nacido en Barcelona en 2017 que consiste en conversar con extraños. El catalán Adrià Ballester, su fundador, acumula más de mil 400 charlas con desconocidos, una historia que comenzó tras un mal día laboral.
Desde mayo pasado, Gaal se sienta todos los viernes en su silla en Paseo Alcalde de 13:00 a 16:00 horas para platicar con cuatro o cinco desconocidos. A la fecha, acumula más de 400 charlas: «El tapatío tiene una ingenuidad muy bella y espontánea, por eso no paro».
La historia de Bartolo, un hombre de 73 años, está entre las que más lo conmovieron. Hablaron casi hora y media. Gaal recuerda sus palabras al despedirse: «Hace dos años que no tenía una conversación. En la casa sólo decimos: qué vamos a comer, qué vamos a comprar, a qué hora te vas a la escuela. Esas no son conversaciones».
Como parte de su proyecto artístico, Gaal o Iaio, como le dicen, le pide de regalo a su interlocutor una frase significativa y una foto que postea en su cuenta de Instagram @platicamos.gdl. Es muy divertido revisar el historial de frases tapatías traducidas en tres idiomas.
Por ejemplo, Antonie, 10 años: A falta de olla, pan y cebolla. Ana María, 73 años: el marido que no da y el cuchillo que no corta, que se pierda, nada importa. Karen, 21 años: Si tienes fuerzas para quejarte, tendrás fuerzas para hacer algo al respecto.
-¿Hay quien regresa?
-Tengo uno que desde hace 7 meses todos los viernes viene a saludarme.
En las grandes urbes, densamente pobladas y caóticas, las personas nos hemos convertido en ínsulas. El Internet reduce al mínimo el contacto humano. A este factor de aislamiento y soledad, se sumó la pandemia que nos ha distanciado aún más.
Una conversación con un desconocido puede resultar una experiencia estimulante y retadora. También emocionante. Gaal, mi nuevo amigo, me envió apenas un artículo que analiza la experiencia de hablar con alguien que no conoces, lo que él hace cada viernes. «Hablar con extraños», concluye la autora, «nos obliga a estar presentes».