Observatorio Anticorrupción, se va sin ver nada
Lo primero que habrá que consignar es el agradecimiento y reconocimiento de muchos y muchas, yo entre tantos, al trabajo desinteresado y honorífico de Cecilia Díaz Romo y todo su equipo del Observatorio del Sistema Estatal Anticorrupción de Jalisco (SEAJAL), por su sistemático trabajo de evaluación que desplegaron desde el nacimiento en noviembre de 2017 de este, el más reciente intento de encontrar un modelo que contribuyera a limpiar el manejo de las finanzas públicas, del dinero de todos.
Ayer, con la entrega de su noveno informe, dieron por concluido el trabajo de este observatorio ciudadano, que a partir de hoy analizará otros aspectos de la relación entre gobernantes y gobernados, tarea a la que habrá que estar muy atentos.
En este último informe, el Observatorio documenta con los pobres y casi nulos resultados de la Fiscalía Anticorrupción, la percepción que muchos ya teníamos de la inoperancia del SEAJAL.
Hace casi diez meses que hubo cambio en la presidencia del Comité de Participación Social (CPS), esta esfera ciudadana, que en teoría debía articular el trabajo de las dependencias públicas que integran el Comité Coordinador del SEAJAL, comenté aquí que era la oportunidad de reactivar un agónico sistema anticorrupción, herido por los embates del poder y que daba muestras claras de que empezaba a ser infiltrado por incondicionales de la clase política y gubernamental. Que ese nuevo inicio sería buen momento para dar con la fórmula de activar un Comité Coordinador del SEAJAL que integra la Auditoría Superior del Estado de Jalisco (ASEJ), la Fiscalía Anticorrupción, el Instituto de Transparencia, el Tribunal de Justicia Administrativa, el Consejo de la Judicatura y la Contraloría del Estado, que nunca ha trabajado con mística y espíritu de equipo para combatir las corruptelas. Prueba de ello es que en 2020 que por primera vez el CPS fue incómodo y denunció las irregularidades en la designación de Consejeros de la Judicatura, ninguno de los y las titulares de estas dependencias salió a denunciar el acoso de poder de que fueron objeto sus integrantes. En lugar de salir en su defensa, guardaron un vergonzoso silencio.
La última evaluación del Observatorio Anticorrupción evidencia que esto nunca se logró: “A la fecha el Sistema no cuenta con mecanismos de coordinación operativos realmente funcionales entre las instancias que lo integran y mucho menos con los prometidos sistemas de inteligencia de los que se habla en los planes de trabajo”.
La incomodidad que representó para el gobierno alfarista y en general para la clase política y gubernamental tener un sistema anticorrupción consolidado, también quedó asentado en el último informe del Observatorio, donde señala que “el combate a la corrupción en Jalisco no ha sido prioridad, ni ha tenido la voluntad política para dotar al aparato de justicia con presupuestos suficientes”.
Así, el Observatorio del SEAJAL se va sin ver nada. Cierra la cortina porque no hay nada a lo que pueda dar seguimiento, pero nos deja la tarea como comunidad de volver a intentar y construir un modelo anticorrupción que no vuelva a fracasar.