Ideas

Obras son Am... enazas

El carácter explosivo e intolerante del gobernador Enrique Alfaro lo volvió a traicionar y lo metió en un nuevo embrollo.

La alevosía y bravuconería que le detonó y descargó contra Luis León, un funcionario del Centro Universitario de la Zona Valles (CUValles), que le reclamó presupuesto y la descortesía institucional que representa su gira “Obras son Amores”, incendió el viernes pasado las redes sociales, que otrora fueron su gran arena de respaldos y hoy lo castigan con expresiones de rechazo.

Lo más grave es que en su enfurecimiento, el mandatario estatal no hubiera atinado en reprender a su corpulento escolta armado que se atrevió a intimidar a un ciudadano que osó interpelar a su jefe, y que se convirtió en una extensión del autoritarismo que caracteriza el estilo personal de gobernar de Alfaro.

El estallido agresivo emocional del titular del Poder Ejecutivo de Jalisco, que se condensó en el obsceno charoleo de advertirle al directivo universitario que le faltaba el respeto a un diputado, a un presidente municipal y a un gobernador, quedó perpetuado en un video que circuló profusamente y se convirtió en tendencia en la conversación digital.

El dedo flamígero del mandatario estatal que apuntó y abrió camino a la furia verbal que escupió a Luis León al intimidarlo con la frase: “¡Mídele bien a tus palabras!”, además de quedar como una postal dictatorial para el anecdotario político, provocó la titubeante pero valiente reacción del universitario que se blindó al expresar que se sintió amenazado por el gobernante emecista y el acoso de sus guaruras.

Sin duda, este nuevo episodio de conflicto en el CUValles sintetizó la guerra sin cuartel, que al parecer ahora sí, está decidido a mantener hasta sus últimas consecuencias Alfaro con su ex aliado político Raúl Padilla López, líder del grupo que ha mantenido el control de la Universidad de Guadalajara por más de treinta años.

Sin embargo, el empecinamiento en esta batalla parece estar nublando el actuar de un gobernador que está lejos de sus mejores momentos de poder y popularidad.

Alfaro está apostando a la rentable narrativa de liberar a la UdeG del padillismo, pero que a él no le genera ni le generará dividendos de simpatías, porque ha medrado de ese poder y esos vicios que hoy denuncia.

Bien haría el inquilino de Casa Jalisco en serenarse y reconsiderar lo que le da y le quita esta cruzada de visitas unilaterales para poner en marcha obras en territorios universitarios sin tener la formalidad institucional de convocar a las autoridades de la máxima casa de estudios. Desde luego que los padillistas no se han quedado de brazos cruzados y al menos el viernes ganaron la partida al enganchar al gobernador en un altercado, fuera o no provocado.

El caso es que su gira pasó de ser “Obras son Amores” a la de “Obras son Amenazas” a juzgar por lo que se ventiló en la opinión pública local y nacional.

Jaime Barrera

jbarrera4r@gmail.com

Síguenos en

Temas

Sigue navegando