Nuevo sobresalto en la Zona Dorada
El terror volvió de nuevo a la Zona Dorada de Zapopan. Ayer, en medio de las dos plazas comerciales más exclusivas de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Nuevamente, las patrullas de la Policía municipal de Zapopan brillaron por su ausencia. El enfrentamiento se dio entre sicarios, primero, y luego entre un bando de ellos contra elementos del Ejército mexicano que se toparon circunstancialmente en la confusión de si era un intento de levantón de un cantante famoso que lo negó, más tarde, en redes, la salida intempestiva de un paciente en camilla de un renombrado hospital de la zona y el pavor de cientos de tapatíos que disfrutaban en los restaurantes y locales su tarde dominical.
Este nuevo episodio de desgobierno recordó el hecho delictivo más reciente ocurrido a unas cuadras también en domingo, cuando un comando levantó a un hombre al salir de un restaurante a plena luz del día en Avenida Patria.
Pero desde luego también trajo el recuerdo de aquella irrupción al mediodía de un lunes de hace dos años en esta zona, que en teoría es de las más vigiladas de la ciudad, cuando con toda impunidad y complicidad de los cuerpos policiales, por miedo, omisión o corrupción, otro comando fuertemente armado, de entre 12 y 14 hombres con chalecos antibalas que se movían en dos camionetas pick-up, y dos autos sedan de reciente modelo llegaron a las afueras del restaurante Los Otates y entraron para levantar a uno de sus comensales, lo que desató un tiroteo en el que hicieron gala de su poder de fuego y de su poder corruptor al escapar por la Avenida Patria en la hora de más tráfico sin que nadie los molestara, pese a llevar en la caja de una de las pick-up a un hombre muerto.
Ayer nuevamente las mafias demostraron que el espacio público, desde las zonas más marginadas hasta las más pudientes, son la arena para dirimir sus disputas y hacer alarde de sus milicias. El saldo de esta vendetta dominical fue de seis personas lesionadas y un muerto.
Habrá que estar muy atentos hoy a la versión que den las autoridades de lo sucedido, que representará un muy incómodo recibimiento para la llegada del gobernador Enrique Alfaro luego de su periodo vacacional, con la bendición papal incluida.
Mientras tanto, lo dicho, estos hechos violentos de alto impacto aumentan la percepción de inseguridad entre los jaliscienses, y hacen palidecer los avances en la baja de los delitos patrimoniales con los que el Gobierno estatal asegura que en materia de seguridad se va por la ruta correcta.
P.D. La segunda parte del efecto Sheinbaum prometida el viernes para hoy tuvo que esperar, pero si otro desmán delincuencial no lo impide, mañana la publicamos.
Jaime Barrera
jbarrera4r@gmail.com