Ideas

Nuevo aeropuerto y prioridades

No recuerdo que la inauguración de una obra pública haya generado un debate tan extendido y tan polarizado como ocurrió esta semana tras declararse abierto al público el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, ubicado entre los municipios de Zumpango y Tecámac, en el Estado de México.

Los temas del debate ya se conocen: que si la obra estaría a tiempo o no, que si es una obra espectacular o una simple central avionera, que se si llevó a acarreados o asistió un pueblo orgulloso de su obra, que si se vendieron tlayudas (o tostaditas según los puristas) y que si es una obra digna de una economía como México.

Como casi todos los asuntos de interés general, la construcción e inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles está cruzada y atravesada por la polarización del debate público dividido entre quienes respaldan el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador o quienes lo cuestionan y lo detestan.

En este debate polarizado no se escuchan evidencias ni argumentos, se escuchan consignas y cantaletas. No es un diálogo o debate que tenga como propósito convencer con argumentos; es un cruce de consignas que jamás logra convencer al otro. 

Quedará para los estudiosos del sistema político y la opinión pública mexicana averiguar si alguna otra obra pública ha suscitado una polémica de esta envergadura. Para muchos de los críticos del presidente, López Obrador se volvió a salir con la suya al marcar los términos del debate y poner a todos a hablar del tema que elige. Y así fue, pues hasta los adversarios más apasionados de la Cuarta Transformación se pusieron a bailar el son que les tocaron desde el nuevo aeropuerto.

Entre ellos, muchos opinadores que viven en un México de privilegios y que aún añoran la obra del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM), que se pretendía construir en Texcoco, sin importar la enorme devastación que había causado y que seguiría causando de manera irreversible en esa cuenca tan importante para todo el Valle de México. Estos sectores privilegiados añoran el NAICM por su diseño arquitectónico y por el símbolo de modernidad y supuesto primermundismo que dicha obra daría al país. Desde este grupo de mexicanos privilegiados salieron los insultos más clasistas y racistas a quienes apoyaron el aeropuerto de Santa Lucía. 

Pero más allá de este debate polarizado, es pertinente preguntarse si construir un nuevo aeropuerto en la Ciudad de México o en su zona de influencia es realmente una prioridad nacional en un país lacerado por la guerra informal, las masacres, desapariciones masivas y la crisis de identificación forense que existe en el país. 

Me pregunto si el dinero de la sociedad que se invirtió en este megaproyecto de movilidad era más importante que detener los feminicidios y todas las variantes de violencia machista. ¿Es más importante un nuevo aeropuerto que dedicar recursos a renovar y fortalecer los sistemas públicos de salud y de educación? 

Mi respuesta es que no. Según una encuesta de Parametría de 2017, apenas 30 por ciento de los mexicanos ha viajado en avión (https://bit.ly/37Wxlsh). Viajar en avión y por lo tanto utilizar aeropuertos es un privilegio de apenas uno de cada tres mexicanos.

Los 75 mil millones de pesos que costó construir el aeropuerto Felipe Ángeles habrían servido para crear centros de identificación forense en los 32 estados, en un país que tiene 52 mil cuerpos por identificar. Los recursos que el gobierno de la Cuarta Transformación invirtió en ese aeropuerto y en otros megaproyectos serían más necesarios para atender otras prioridades, como fortalecer el sistema nacional de búsqueda de personas, en un país que ya roza los 100 mil desaparecidos. 

Pero las prioridades del actual gobierno de la Cuarta Transformación siguen siendo, como en los gobiernos del PRI y del PAN, las infraestructuras que favorecen las dinámicas de acumulación de capital en lugar de invertir y destinar recursos a los asuntos prioritarios de la nación. Y en el camino, quedará lejos de cumplir con las principales promesas de campaña: primero los pobres y los pueblos originarios, terminar las desigualdades, separar el poder político del poder económico y traer la paz el país.  

rubenmartinmartin@gmail.com

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