Now hiring, estamos contratando
Anuncios que solicitan personal se multiplican en muchas ciudades de México y Estados Unidos en los últimos meses. Es una muestra de un proceso silencioso que mezcla la reconversión industrial que vivimos con la apertura de brechas sociales. Parte de esta agitación se acentúa por la polarización provocada por las tensiones entre China y Estados Unidos, que está impulsando una mayor integración de la región norteamericana. Tenemos frente a nosotros una oportunidad de propiciar una etapa de crecimiento y bienestar aprovechando las circunstancias geopolíticas. La clave está en la inversión en las personas como prioridad, junto a la construcción de infraestructuras y la expansión de la planta industrial. Mucho se ha dicho sobre el nearshoring en su dimensión material, pero poco sobre la dimensión humana que se puede centrar en la educación como motor del bienestar para las familias.
Ahora mismo, México cuenta con una base demográfica amplia, conformada por una gran franja de obreros calificados y grupos amplios de técnicos y profesionales que nos han convertido en una potencia industrial intermedia en el mundo. Operarios especializados, supervisores, ingenieros, directivos, administradores, financieros son solo ejemplos de este enorme conjunto de mexicanos exitosos que son parte de lo más valioso y productivo de nuestro país.
Pero es muy claro que de cara a la oportunidad no es suficiente. Hay una necesidad insatisfecha de personal calificado que se expresa en estos anuncios en inglés y en español. En Estados Unidos y Canadá se buscan enfermeras, programadores, operadores especializados en grandes cantidades. Aquí mismo escasean técnicos que el sistema educativo no puede generar con suficiencia y calidad. En ello también existen riesgos, como la posibilidad de que se generen condiciones de migración ordenada enfocada al mérito que atraiga en el futuro a nuestros técnicos y profesionales. Esto ya sucede en campos como la enfermería o los desarrolladores de software o analistas de datos.
El reto está en mejorar la calidad de la educación mediante acciones emergentes en universidades, tecnológicos y escuelas públicas y privadas. Tal y como están las cosas, el sistema educativo no está en condiciones de generar el equipo humano calificado para enfrentar el desafío que ya tenemos enfrente. Se trata de un hecho, y no de una expectativa o predicción, de una realidad que se materializa en muchas regiones desafiándonos como país.
La educación es la clave para reducir la desigualdad mediante acciones estratégicas que ahora mismo deben enfocarse de forma urgente. México necesita, de manera urgente, más médicos, ingenieros, financieros y toda clase de profesionistas, y para ello es indispensable detonar un crecimiento de las universidades públicas y privadas, junto a un gran esfuerzo para ampliar el sistema de formación y capacitación para el trabajo. Simultáneamente, es indispensable una reforma al sistema educativo a nivel básico para fortalecer las habilidades que los alumnos adquieran para el uso de las nuevas herramientas tecnológicas. Porque al mismo tiempo que tenemos una oportunidad, también aparece el fantasma del crecimiento de las brechas sociales derivadas de la falta de educación de calidad.
Las oportunidades geopolíticas sólo se podrán aprovechar si nos planteamos una perspectiva que ponga a las personas como prioridad, más allá de los indicadores de inversión. Sin atender este factor el proceso que vivimos puede pasar como agua entre las manos. Lo que realmente perdurará de estas circunstancias es lo que adquieran en conocimiento y habilidades las personas.
Los anuncios que solicitan personal son una llamada a la acción conjunta en favor de una mejor educación para todos.
luisernestosalomon@gmail.com