Notre Dame: hacia el cierre del año
La fase de restauración de la catedral de Notre Dame comienza ya, pues con el verano han terminado los trabajos de consolidación y refuerzos que comenzaron al día siguiente del incendio. En un comunicado de fecha 18 de septiembre se informaba que terminaron las tareas iniciales: retirar el andamiaje que había cuando se dio el siniestro, desmontar el gran órgano salvado milagrosamente, las pruebas de limpieza hechas en dos de las capillas laterales, la instalación de refuerzos de madera bajo las arcadas y el apuntalamiento del crucero del transepto.
En paralelo, se ha ido preparando activamente la fase de restauración cuyos primeros trabajos comenzarán este invierno. Los estudios de evaluación y diagnóstico realizados entre julio de 2020 y marzo de este año han permitido hacer un balance de la situación e identificar con precisión los requerimientos.
El organismo oficial a cargo de las obras, encabezado por el general Jean-Louis Georgelin, está dedicado ahora a examinar las ofertas recibidas en las licitaciones para seleccionar las empresas que participarán en la siguiente etapa; por lo pronto ya comenzó la tarea de limpieza profunda de los muros interiores y los pisos.
También se ha emprendido una campaña que busca reunir cerca de cuatro y medio millones de euros para brindar “un apoyo excepcional” a los “oficios de arte y del patrimonio” movilizados en las obras, mediante acciones tendientes a mostrar su valor al público y particularmente a los jóvenes. Se programarán para ello actos culturales como exposiciones, demostraciones y talleres; también se producirán y publicarán en línea videos enfocados a promover el interés por ese patrimonio intangible que son los oficios en sus mejores expresiones y a atraer candidatos para su aprendizaje.
El equipo del general Georgelin prepara también los estados financieros para presentar antes del fin de año, incluyendo los costos de los retrasos debidos a fenómenos climáticos, obras no previstas e interrupciones a causa de la pandemia. Asimismo, la contaminación por emanaciones de plomo requirió de acciones específicas que implicaron necesariamente sobrecostos y tardanzas.
Acerca de las aportaciones, el general Georgelin informó a la comisión de asuntos culturales del Senado que no ha parado el impulso generoso de los donantes franceses y extranjeros, y que se han reunido más de 840 millones de euros, lo cual permite ver con confianza el futuro. La comisión lo interrogó acerca de la evolución de las obras y la transparencia de su financiamiento. Los fondos han llegado a través de varias fundaciones privadas e instituciones oficiales, así como por donativos entregados directamente al organismo responsable de la restauración. Se establece ahora el balance general detallado para el cierre del año de los trabajos terminados y en curso.
Si bien se mantiene el calendario de obras, según el cual se prevé que en 2024 la catedral de París retome su principal función, que es la eclesiástica, no hay tanta seguridad de que para entonces estén listas las obras en sus alrededores (“el estuche de la joya”, según Georgelin), pues éstas dependen del Ayuntamiento de la ciudad. De todas formas, algo tendrán que hacer para arreglar la zona y facilitar el acceso de los numerosos turistas que visitarán París dentro de tres años para los Juegos Olímpicos.