¿Nos quedamos o nos vamos del pacto fiscal?
El gobernador Enrique Alfaro Ramírez anunció este 22 de febrero su proyecto para que los ciudadanos de Jalisco revisen el pacto fiscal que, literalmente, mantiene al Estado sujeto a la voluntad del presidente de la república. Después de hacer un anuncio en el que la cúpula política tiene pocas esperanzas (incluidos miembros del partido gobernante que prefieren no decirlo públicamente), el mandatario confirmó que se iniciarán las gestiones para que el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana aplique una consulta pública sobre la cuestión.
El tema es muy complejo. Está en juego nada menos que la pertenencia de Jalisco al pacto federal, aunque para disminuir el impacto se maneja el concepto del “pacto fiscal”. Así las cosas, puede elaborarse de forma más o menos simplista, una pregunta que sea entendible para todo hijo de vecino: ¿Nos quedamos o nos vamos del pacto fiscal?
En palabras del gobernador Alfaro Ramírez, no se pretende “romper” con la federación. Es decir, no queremos dejar de ser mexicanos. Pero lo que sí queremos, es que se revise el reparto del dinero.
Frase textual del mandatario: “Partiendo de los principios básicos de libertad y soberanía de nuestro Estado, vamos a consultarle a los jaliscienses si están de acuerdo en que por lo menos cada seis años revisemos el pacto fiscal que norma las competencias fiscales de los estados, municipios y la federación. Vamos a preguntarles si están de acuerdo en que el Ejecutivo estatal y el Congreso del Estado garanticen que en la relación fiscal con la federación defendamos los intereses de nuestro Estado. Vamos a consultarles si respaldan la idea de que, en caso de que a nuestro Estado no le convengan los términos de la relación fiscal con la federación, Jalisco se retire del pacto fiscal”.
Se lee y se escucha bien.
Consultándolo ante el espejo, preguntémonos: ¿un jalisciense común, que vive en cualquiera de nuestros 125 municipios, que trabaja y paga impuestos como el predial, el refrendo vehicular, tarifa del agua, permisos municipales, recibo de la luz y el teléfono, estará en contra de que su gobernador y sus diputados -impopulares y todo- defiendan a Jalisco frente a las directrices del gobierno federal?
Pues no.
Una pregunta redactada de otra manera: ¿Usted que vive en el Área Conurbada de Guadalajara, está de acuerdo o en contra de que se recorten 30 mil millones de pesos al proyecto del Tren Maya para que se utilicen en la Línea 4 del Tren Ligero en la ciudad?
Pues sí.
El problema es que las cosas no se resuelven así.
Al menos, las consultas “patito” que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador (aún antes de tomar el cargo), por ejemplo para detener las obras del aeropuerto de Texcoco, le cuestan al país más de 330 mil millones de pesos y la certeza de que en México se hace lo que dice el presidente o se está contra él.
Entonces, haya o no consulta, el artículo 73 de la Constitución del país faculta expresamente al gobierno federal a establecer contribuciones para completar el Presupuesto de Egresos.
¿Queremos cambiar eso? Debe reformarse la Constitución.
¿Lo decimos de otra manera? Rechazar el pacto fiscal, es rechazar el pacto federal.
El tema funciona bien este 2021. Año electoral.