Ideas

Nombres, no promesas

Dice Javier, siempre mesurado, prudente, a fin de cuentas ingeniero, que nada hay más peligroso para una casa que un hombre con una llave stilson a grito de “ahorita lo arreglo”. Las consecuencias del voluntarismo del plomero de fin de semana suelen ser desastrosas y por supuesto mucho más costosas que el desperfecto mismo.

Algo similar sucede en la política. La cantidad de propuestas y promesas de candidatos a alcaldes comienza a ser ya de horror. Muchas de ellas pasan inadvertidas porque vienen de suspirantes que no tienen posibilidad alguna de ganar, mujeres y hombres que con tal de quedar bien con los electores son capaces de prometer arreglos para cualquier cosa con un apretón de turcas o, peor aún, asegurando un cambio de tuberías sin enterarse de lo que ello significa.

Los gobiernos municipales suelen tener poco que ver con las tuberías de la política, aunque los candidatos anden por ahí con afanes de plomeros amateurs. Lo suyo son más los servicios, asegurarse que las cosas cotidianas funcionen, como recoger la basura, prender la luz, regar los jardines. En esos detalles está la mitad del éxito de un alcalde. Un buen presidente municipal es a fin de cuentas un buen administrador, por eso no hay que preguntarles qué proponen sino quién sería su oficial mayor y/o su jefe de gabinete.

La cantidad de propuestas y promesas de candidatos a alcaldes comienza a ser ya de horror.

Más allá de lo administrativo, hay dos puntos muy delicados de la gestión municipal que no se resuelven a corto plazo ni con llave stilson: la seguridad pública y la armonía del desarrollo, es decir los permisos de construcción y giros diversos: comerciales, industriales, de entretenimiento, etcétera.

En seguridad los ayuntamientos son solo un eslabón de una compleja cadena que pasa por otros niveles de gobiernos y otros poderes del Estado. Ningún alcalde resolverá el problema de seguridad. Sin embargo, el papel de las policías municipales es controlar el territorio. Hay delitos que el gobierno municipal no puede evitar, pero su deber es saber qué pasa, cómo pasa y quién pasa por sus calles, barrios y colonias. Cada pandilla, cada altercado entre vecinos, cada queja es importante no solo porque implica a personas de la comunidad (que eso debería de bastar) sino porque dibuja el mapa real del territorio. El otro gran tema en la gestión armónica del uso de suelo, de los permisos y dentro de estos dos son claves: los de construcción y los de los llamados giros restringidos, pues ahí se mueven no solo las posibilidades de conflictos entre vecinos sino los intereses más poderosos y oscuros, para no hablar de mafias. Aquí tampoco hay que preguntarles a los candidatos qué piensan hacer, porque nos van a tirar un rollo y al grito de “yo lo arreglo” sacarán la llave stilson, sino a quién van a poner al frente de las carteras de seguridad y gestión de ciudad.

Si estos tres pilares no están firmes en la propuesta de un candidato a alcalde, lo demás es lo de menos.

diego.petersen@informador.com.mx

Síguenos en

Temas

Sigue navegando