Ideas

No vean el dólar

Las últimas semanas del presidente López Obrador en el poder, parece que serán de las más destructivas y de las que más efectos tendrán en los años por venir. Ya sea porque quería que ese “logro” se alcanzara en su gobierno o porque en realidad no le tiene una total confianza a Claudia Sheinbaum, AMLO decidió sacar la reforma al poder judicial a como diera lugar.

Los diputados y senadores de Morena, sin ningún tipo de criterio propio ni un mínimo de reflexión respecto a lo que implicaba dicha reforma, le pasaron al presidente lo que quiso, como lo quiso. Fue “un regalo de despedida para el presidente”, como afirmaron públicamente algunos de los legisladores.

El caso es que ahora, con la reforma aprobada y con un presidente engrandecido por las alabanzas de sus seguidores y del coro de incondicionales, muchos de los opinadores pagados por la 4T afirman que los terribles efectos negativos que se vaticinaban cuando se aprobara la reforma, no han pasado. Porque el valor del peso mexicano frente al dólar, ya no se siguió depreciando, sino que incluso le ganó unos centavos al dólar.

En realidad, basarse en el tipo de cambio cuando el país tiene un régimen de libre flotación, es realmente limitante. Ya sea para afirmar que la economía “va bien”, como para decir que “va mal”. Al presidente López Obrador le encanta decir que la economía del país en su gobierno “va bien”, porque el tipo de cambio pasó de 20 pesos en 2018 a 16.35 poco antes de las elecciones.

La apreciación la identificábamos como resultado de importantes entradas de dólares al mercado mexicano, ya fuera por remesas, exportaciones, turismo y por el enorme diferencial de tasas de interés entre los Estados Unidos y México. Y ahora que el tipo de cambio regresó de nuevo a los 20 pesos, ¿qué fue lo que cambió?

Si bien las exportaciones se han estancado, no han caído. Lo mismo para las remesas o el turismo. El único elemento que ha variado es el aumento del “riesgo México” para las inversiones extranjeras. Y ese movimiento sí es atribuible a los cambios que ha querido hacer el presidente AMLO a la Constitución.

El tipo de cambio ya se ajustó con fuerza casi en un 20 por ciento. Lo que indica que los mercados cambiarios ya han asimilado el golpe.

Pero quien no lo ha asimilado aún y es la peor parte, es la economía productiva nacional. Por ejemplo, en los Estados Unidos, diarios tan importantes como el Wall Street Journal hablan de que solo el anuncio de la reforma al poder judicial puso en la congeladora inversiones productivas por más de 35 mil millones de dólares que se esperaban para México. Cifra que representa más de la mitad de todas las remesas que capta el país en un año.

Dejando en los huesos los niveles de inversión extranjera directa y nueva que está entrando al país. La más baja en todo el actual sexenio.

Si, existe mucha emoción por el mentado nearshoring, pero nada más de los locales. Porque los extranjeros que aún no tienen su dinero en México han decidido mejor esperar a ver qué pasa con el gobierno de Sheinbaum.

Quien se supone, será la presidenta de México en dos semanas.

Los efectos de esta creciente incertidumbre se sienten en todos lados, que el mismo Banco de México en sus encuestas entre analistas reconoce que traen una caída en las expectativas de crecimiento para México tanto para este año, como para el que viene.

Para apreciar el daño que le traerá a México la reforma al poder judicial no vea el precio del dólar, fíjese mejor en la caída de las inversiones productivas, en la menor actividad económica y en el fracaso del nearshoring.

Y esto apenas comienza. López Obrador se habrá ido en dos semanas, pero el tiradero que le habrá dejado a su “querida” sucesora hará que le cueste toda la primera parte de su gobierno. Veremos si la presidenta le sigue aplaudiendo como hasta ahora.

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