No todo está perdido
La polémica contra los nuevos libros de texto gratuito de la Nueva Escuela Mexicana ha llegado al punto de la politiquería, al nivel de que Morena comparara a la oposición en contra con figuras como Adolfo Hitler o Augusto Pinochet asegurando que lo que quieren es que las infancias no generen su propia conciencia.
Hasta ahora poco se sabe de los verdaderos contenidos de los nuevos ejemplares; sin embargo, han circulado ya temas específicos que han incomodado a padres y madres de familia, como el hecho de la elaboración de una maqueta para representar una eyaculación y otra para simular el aparato reproductor de una mujer con todo y su menstruación.
No es sorpresa que esto es real. Esta semana pude tener en mis manos un par de los ejemplares para corroborar que esto sí es parte del libro de proyectos del aula, a la par de la lectura de la formación de los montes a partir de los testículos de un gigante.
Sin embargo, como todo, no todo es bueno o es malo en su conjunto. Luego de una hojeada encontré que los libros también tienen conceptos integradores que podrán servir como guía para que las niñas y niños los vean plasmados en un ejemplar, acompañados de la autoridad y confianza del personal docente.
Uno de ellos, considero, es la conceptualización de las familias que explica, sin juicios, que las familias no solo se conforman por mamá, papá e hijos, sino que la familia también puede ser una mamá o papá solteros, familias adoptivas, familias compuestas, familiares homoparentales, de padres separados, entre muchas otras, donde el concepto principal es el apoyo y el amor que las conforman.
Otro punto que se explica el de la lucha feminista sin criminalizar y juzgar, o que se explica claramente cómo llamar a las personas con discapacidad, y que hay lecturas que están traducidas a lenguas indígenas, concientizando así a las infancias sobre la diversidad del lenguaje.
En lo personal estoy en desacuerdo con el sumar a los libros frases como "subiste para arriba", y considero que aunque estamos en buena coyuntura para sumar la "e" en un "todes", hay que empezar por enseñarles a hablar bien el español para después abordar los conceptos sociales todavía a discusión.
Sin embargo, dialogar con maestras y maestros también me dio otra perspectiva: el debate es necesario para hablar de los pros y los contras, pero los libros no son hoy la única vía para sumar al aprendizaje de las infancias.
Hoy no todo está perdido. Las y los docentes nos recuerdan que han estado en capacitación constante, y hoy el libro no es imprescindible para seguir los cursos basándose en ellos. No estamos en el 2000, cuando en los ejemplares se debía contestar y seguir página a página para garantizar el éxito del curso.
Hoy son una pieza más del rompecabezas que se formará ciclo a ciclo y donde lo primordial será el criterio de la maestra o el maestro, basado en sus contextos sociales y en el nivel de avance de las y los menores.
La llegada de los libros de la Nueva Escuela Mexicana no deben ser motivo de confrontaciones, y menos aún si todavía no sabemos si podrán repartirse o no en las aulas. Acerquémonos a las y los docentes de los planteles para conocer de su viva voz cómo implementarán los ficheros de los ejemplares como acompañamiento en su plan de trabajo, y a partir de ello tomar decisiones sobre lo que se quiere y lo que no quiere para las niñas y los niños.
Dejemos de lado las ideas comunistas, las peleas de fifís contra chairos y enfoquémonos conscientemente en lo que sí abona a la formación de las nuevas generaciones, pero tampoco olvidemos que la formación principal está en casa.
Los valores, el respeto por los demás, la tolerancia, la empatía, la apertura a las diversidades, entre otros conceptos básicos para la vida, se enseñan desde la familia con atención y ejemplo.