“No sé qué diablos es”, pero ahora…
Lo que le comento a continuación, en algún sentido, le va a sonar muy familiar. En su boletín mensual publicado el 1 de agosto pasado, el Centro Brennan para la Justicia de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York publicó un análisis bajo el título “El Proyecto 2025 es una propuesta radical que expande enormemente el poder del presidente”. Plantea en la introducción: “Imagínese a un presidente de Estados Unidos que controle la rama ejecutiva del gobierno con tanto poder que no tenga a quien lo frene para despedir a decenas de miles de funcionarios públicos profesionales y reemplazarlos con personas partidarias leales a él. O que pueda prohibir, en todas las regulaciones y contratos federales… O que pueda socavar la independencia de algunas agencias, tales como el Departamento de Justicia (DOJ), la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y la Comisión de Bolsa de Valores (SEC), y hasta eliminar entidades esenciales como el Departamento de Educación (ED)”.
Y sintetiza el informe que “estas son algunas de las iniciativas incluidas en un plan de políticas conservadoras para una posible administración del expresidente Donald Trump, conocido como Proyecto 25. Este proyecto fue publicado por la Heritage Foundation, una organización que impulsa la gran mentira de un fraude electoral generalizado, y que fue escrito con la ayuda de aliados de Trump”.
El pasado 20 de julio, durante un mitin de campaña en Michigan, Trump rechazó esa iniciativa y aseguró no tener participación en los esquemas u objetivos de política propuestos. “No sé qué diablos es el Proyecto 2025”, distanciándose de sus autores y agregando que las ideas provienen de “una derecha severa”, clasificándolas además como “seriamente extremas… No sé nada al respecto y no quiero saber nada al respecto”.
Bueno, pues el viernes pasado el presidente electo eligió a Russell T. Vought para dirigir la Oficina de Administración y Presupuesto —posición que ya ocupó en la primera administración de Trump—, quien es el ‘arquitecto’ en la creación y redacción del Proyecto 2025.
Vought se ha encargado personalmente, dentro de la redacción del Proyecto 2025, de supervisar las órdenes ejecutivas y otras acciones unilaterales que Trump podría tomar durante sus primeros seis meses en el cargo, con el objetivo de derribar y reconstruir las instituciones del poder ejecutivo de manera que pueda aumentar el poder presidencial, según publicó el fin de semana el diario The New York Times.
El Proyecto 2025, compuesto por más de 900 páginas de políticas radicales, además de empoderar al presidente, recortar ayudas alimentarias, reducir presupuesto en el sector salud y proporcionar menos recursos a vivienda y educación, usa un lenguaje deshumanizante contra los migrantes —recomienda redadas masivas—, alimenta el racismo y atenta contra los derechos reproductivos, según algunas conclusiones de una reciente reunión de Ethnic Media Services.
Así que, ante un panorama nada halagüeño sobre el tipo de gobierno que llegará a la Casa Blanca a partir del 20 de enero, habrá que estar preparado para las consecuencias que tendrá para México, como vecino, como principal socio comercial y como importante “exportador” de migrantes.
¿Usted, qué opina?