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¡No que no tronabas, pistolita!

Y de pronto todo cambió: el 22 de noviembre, en un operativo de las Fuerzas Armadas detienen en Culiacán, Sinaloa, a Néstor Isidro Pérez Salas, “El Nini”, a quien se le identifica como jefe de seguridad de la fracción de “Los Chapitos”; ayer por la mañana elementos de la Guardia Nacional y el Ejército detuvieron en Nuevo Laredo, Tamaulipas, a César Alejandro Silva Delgado “El Tartas”, jefe de la plaza para el cártel del Noroeste -en posesión de 2,000 pastillas de fentanilo-; y el martes pasado se conoció que el Presidente López Obrador solicitó permiso al Senado para que militares de Estados Unidos ingrese a nuestro país para dar adiestramiento a personal de la Secretaría de la Defensa Nacional. Y todo esto sucede después de la reunión que sostuvieron AMLO y Biden el pasado 17 de noviembre en San Francisco en el marco del Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico (APEC). ¿Qué raro?

Sí, qué raro que -prácticamente- en las siguientes horas de la “cumbre” entre mandatarios, se logren detenciones “de peso” de los cárteles de la droga, pero también resulta extraño que después de tantos “dimes y diretes” y altanerías desde Palacio Nacional, se les “abran los brazos” a los militares estadounidenses. Solamente tenemos que recordar cómo el pasado 6 de marzo López Obrador calificó de “inaceptable” que el Gobierno de Estados Unidos proponga certificar si en México hay o no terrorismo por parte de los cárteles, considerando que “aun es peor” la iniciativa para que el Ejército de ese país combata a los grupos delincuenciales en nuestro territorio. Y cuatro días después -el 10 de marzo-, en respuesta a la propuesta  de un grupo de congresistas norteamericanos que quieren declarar a los narcotraficantes como organizaciones terroristas y enviar a tropas a nuestro país, el inquilino de Palacio desde su mañanera levantó la voz diciendo que “ese no es el camino, el de la amenaza, el del sometimiento, el de la invasión, ¡qué se creen estos mequetrefes, intervencionistas, prepotentes. ¡A México se le respeta!”, además de llamarlos “oportunistas”, al considerar que estaban utilizando a México como “costal de gimnasio” en esta época electoral.

Pero hoy, aparentemente -parafraseando al Presidente- “tiene otros datos” o “cambié de opinión” y pide la colaboración de las Fuerzas Armadas estadounidenses para poder cumplir con las responsabilidades -con las que no ha podido- de seguridad.

En el oficio enviado al Senado, López Obrador solicita “...que se permita el ingreso del personal militar del Ejército de los Estados Unidos de América, por el territorio nacional, para que participen en la actividad denominada “Fortalecer las Capacidades de las Fuerzas Especiales de la Secretaría de la Defensa Nacional”. Como quien dice, el Presidente “dio su brazo a torcer” o lo “doblaron” como se dice coloquialmente-. Y es que -nos imaginamos- el presidente Biden le ha de ver “abierto los ojos” para que “viera” la necesidad de que ante la imposibilidad de buenos resultados en cuestiones de seguridad, se necesita de la ayuda logística. Aunque también lo podemos interpretarlo de una manera más popular diciendo, “No que no tronabas, pistolita!

¿Usted, qué opina?

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