No me felicites
En el día de la mujer, no me felicites. No se trata de elogiar “a lo más bello de este mundo”. En el día de la mujer piensa mejor sobre lo que significa para nosotras eso, ser mujer en un contexto donde la violencia contra el género ha crecido desmedidamente, en un País donde diariamente 10 mujeres son asesinadas de manera violenta, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública al cierre de 2021.
No es de felicitarse que según la misma estadística, cada hora al menos 33 mujeres llamen al 911 porque se encontraban en alguna situación de violencia solo por eso, por ser mujeres, o que en el País haya más de 24 mil mujeres de quienes se desconoce su paradero.
Pese a lo abrumador que puedan ser las cifras, estas además terminan por no representar la realidad, porque hay quienes no alzan la voz, quienes no denuncian, ya sea por miedo a su agresor o porque se les ha hecho creer que no merecen ser escuchadas, porque las autoridades y el propio sistema las revictimizan, o porque simplemente hay quienes continúan internalizando la violencia.
No es de felicitarse que, aun cuando todas estas cifras son públicas, hay quienes se siguen burlando de quienes alzan la voz, de quienes creen que “las mujeres exageran”, que “también a los hombres los matan, los desaparecen y los agreden”, sin comprender que a los hombres no los lastiman por el hecho de ser hombres, pero a las mujeres sí se les daña solo por ser mujeres, porque son los hombres quienes se imponen sobre ellas.
Tomemos tan solo el ejemplo del acoso sexual. Para quien lo lleva a cabo puede parecer un halago. Sin embargo, de acuerdo con lo dicho por la maestra en psicología de la salud, Giovana Cortés Campos, para el especial publicado este lunes por este medio de comunicación “Acoso sexual en Jalisco: La simulación de una batalla” quien comete este delito (porque sí, es un delito penado en el Código Penal del Estado de Jalisco, aunque solo exista una sentencia en 10 años), el acoso sexual puede dejar secuelas psicológicas que modifican las formas en las que se desenvuelven en la vida diaria, desde cambiar sus rutas habituales, su forma de vestir, e incluso, desacreditar su cuerpo. Si sigues sin comprender lo dicho, mejor ahorra tu felicitación.
Este día en cambio, es para aplaudir a todas aquellas mujeres que todos los días se levantan a pelear su propia lucha, para las madres que salen a trabajar para, con esfuerzos, dar de comer a sus hijos, pero también a las madres, hijas, hermanas y amigas que salen a buscar a sus desaparecidos. Hoy es un día para reconocerlas.
Este día es para ti, mujer, para que te reconozcas a ti misma, para que voltees atrás y mires todo lo que has logrado con tu esfuerzo, y si aún no lo consigues, no desistas y sigue hasta obtenerlo.
Es el día para agradecer a esa amiga, hermana, a las mujeres que forman esa red de apoyo que estuvo contigo cuando más la necesitaste, para dar gracias a la mujer que ha estado contigo en las risas y en el llanto, porque en este camino somos nosotras las que juntas podremos ganar toda batalla, porque no se trata de competir ni compararse, sino de apoyarse y motivarse, porque si una puede, todas podemos.
Porque son las mujeres quienes al día de hoy y luego de años de lucha, han logrado visibilizar al género, pedir justicia, tratos igualitarios, salarios y puestos cada vez más equitativos, porque son ellas quienes han logrado cambiar leyes, estatutos y diversas partes del sistema en el que se desenvuelven, para que se les nombre y se les tome en cuenta.
Gracias a ellas, a las que salen a calle, a las que echan los muros abajo, gracias a las que alzan la voz cuando deben hacerlo, a las que no callan las injusticias, a quienes ayudan a otras a crecer y brillar, gracias a todas y cada una, porque ninguna acción es mínima, y porque desde su trinchera ya comiencen a verse los cambios, aunque todavía falten estrategias para erradicar la violencia, no dejen de hacer lo que hacen, por nosotras, por ustedes, por las que nos faltan, pero nos dan fuerza para seguir adelante. Gracias por luchar y resistir.