No más remontadas
Red Bull está preocupado, porque se comprobó la tendencia que afecta a “Checo” Pérez con su quinta clasificación consecutiva sin llegar al top 10 de arrancada, lo que compromete el gran potencial que no ha dejado de tener los domingos en carrera.
“Checo” y el problema del sábado, a pesar de la remontada que nadie deja de reconocer, son un asunto delicado en Red Bull por dos razones: 1) Red Bull no ha pensado sustituir al piloto mexicano porque en boca de Helmut Marko sigue entregando resultados el domingo.
Pero, 2) Pérez tuvo un “momento” en la arrancada al llegar a la primera curva con Esteban Ocon lado a lado y lo que iba a suceder sucedió: Ocon le tiró el auto a “Checo” y lo sacó de pista. No pasó a mayores, pero pudo ser.
El punto es que “Checo” no está al cien por ciento con la puesta a punto del auto, él mismo señaló una hiper sensibilidad a los cambios de temperatura y transición de seco a mojado o viceversa, que ni él ni su ingeniero han podido solucionar.
Para contradecir a los “complotistas”, Red Bull de inmediato ordenó trabajo exhaustivo de simulador -una vez más- con las implicaciones que esto tiene, ya que el equipo está sancionado con límite de presupuestal y cada minuto de simulación se coloca a cuenta del presupuesto corriente al que aplica dicha sanción.
Dicho de otro modo, Red Bull está prefiriendo invertir recursos en solucionar este problema, que no sólo es de “Checo”, sino también del equipo de ingeniería, con el fin de hacer lo que los equipos ganadores hacen: evitar riesgos.
No se hace un auto de carreras ganador para tener remontadas épicas, con el riesgo de choque latente en los lugares 15 o 16 de la parrilla. No. La filosofía de una mente ganadora en Fórmula Uno es de esta forma: primero yo, segundo yo y tercero yo… lo demás no interesa.
Hasta ahora, las remontadas han cuajado bien, como la de ayer donde “Checo” superó a Alonso para minimizar los daños, de acuerdo. Pero, damas y caballeros, ese auto y ese piloto no están para pelear por no chocar. Esa es la realidad.