No le ha dado cita porque está muy ocupada
El que busca, encuentra. El gobernador electo Pablo Lemus se mantuvo en prudente espera durante semanas, para que la presidenta del país, Claudia Sheinbaum Pardo, aceptara saludarlo personalmente. Hasta que la mandataria fue tajante en una de sus mañaneras y anunció que sí lo recibiría, pero hasta después que rinda protesta en el cargo. Ya entonces lo vería.
A la distancia y por el tono de sus palabras, la presidenta se escuchó distante, sin ánimos de entablar un diálogo con el gobernador electo no en interés personal, sino por la obligación que ahora tienen ambos para con los jaliscienses. Mucho se dijo sobre el episodio y en particular, los actores económicos (las cúpulas empresariales) manifestaron abiertamente su preocupación porque el tema de la famosa no-reunión, se había empatado con la presentación de iniciativas de Enrique Alfaro Ramírez y el cuestionamiento al Pacto Fiscal.
Pablo Lemus transmitió apenas la semana pasada un mensaje de calma: no están condenados los proyectos de Jalisco ni tampoco estaba rota la relación con la presidenta Sheinbaum. Sólo había que esperar.
Y este lunes, finalmente, en un episodio de no más de 10 segundos, en un evento nacional convocado para firmar un acuerdo por el derecho humano al agua, ambos personajes coincidieron. El saludo fue cortés y la presidenta se justificó de manera coloquial: “Nos vemos pronto. No te he dado cita no por otra cosa, sino porque he estado muy ocupada”.
La frase presidencial arranca una sonrisa.
¿A eso se reducen los análisis, los comunicados, la preocupación de las últimas semanas?
En el ejercicio de la política las razones son diferentes y los motivos ocultos que impulsan a quienes ejercen poder, no se explican sólo verbalmente.
En la política, los símbolos, los gestos y las acciones comunican mucho.
Es cierto que la presidenta de la República Mexicana no tiene muchos espacios para tiempo libre ni para charlas de café. Pero la recepción a un gobernador electo como Pablo Lemus no entra en la categoría de, por ejemplo, los encuentros cotidianos con los integrantes del gabinete de seguridad, que ocurren continuamente sin que se hagan públicos.
El acercamiento con el próximo gobernador de Jalisco debió haber sido un hecho público, visible y que transmitiera a todos los interesados un único mensaje: habrá comunicación, sin importar que ella y él formen parte de grupos políticos diferentes y en diferentes momentos, adversarios.
Pero decidió no hacerlo.
Para Pablo Lemus la tarea consiste en esperar. Y mientras tanto, tejer el diálogo con otros actores.
Hoy por lo pronto, temprano se reunirá con la diputada Merilyn Gómez Pozos, presidenta de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública. Será un encuentro privado entre ambos porque la diputada de Morena así lo pidió.
Más tarde, el gobernador electo se encontrará con Pedro Haces, quien acaba de protestar por tercera ocasión como secretario general de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) y además, habrá encuentro con Ricardo Monreal Ávila, el coordinador de los diputados federales de Morena.
Aunque ha sido escabrosa, la ruta de aproximación con los tomadores de decisiones en Morena ya se ha trazado. Para cuando se efectúe el encuentro formal con la presidenta Sheinbaum, se habrán adelantado muchos acuerdos.