Ideas

No hay peor ciego que el que no quiere ver

Conocer a invidentes –unos de nacimiento y otros por accidente o enfermedad posterior- realizando esfuerzos que quienes sí contamos con la facultad de ver no hacemos, como aprender a leer y escribir (Braile), crear poesía y trasladarse distancias considerables para poder hacerlo, sólo por mencionar algunas tareas cotidianas, es algo digno de encomio y de ser emulado, que ahora valoro más tras una breve sesión en la que pude conocer algo más de sus particularidades.

El Sistema de Universidad Virtual de la Universidad de Guadalajara, y específicamente la coordinadora de su biblioteca vienen realizando múltiples actividades, en las cuales destaca la labor en pro de quienes carecen de la vista, y fue precisamente en la presentación de un libro de poesías, en el cual me pude percatar de la singular alegría que le permite a tan importante grupo de maestros y estudiantes llevar a cabo este esfuerzo en beneficio de nuestra comunidad.

De ahí la validez de la vox populi cuando nos enseña que “no hay peor ciego que el que no quiere”.

En el contexto social y político, la misma expresión nos convoca a la reflexión, pues en la administración pública –en donde casi nada sucede por accidente- quienes viven de la política (lo cual no es pecado, ni está penado, a menos que seas un improvisado), la sabiduría popular suele añadir que “la soberbia siempre ha sido una mala consejera”, tanto así, que puede captar momentáneos “simpatizantes” pero que, más temprano que tarde, se habrán de diluir en el lodo con el cual fueron creados.

En su momento, a muchos nos llamó la atención la expresión (llena de soberbia) del hoy jefe del gabinete estatal, quien hace algunos años afirmó –palabras más, palabras menos- que con un golpe de mesa, el hoy gobernador podía ordenar a los diputados y a miembros del Poder Judicial que hicieran lo que éste quisiera. Pasado el tiempo, hemos constatado que se trata de una verdad a medias, pero lo que nuestros “juncionarios” no han querido ver, es que con esas y otras más, lo único que han logrado es monopolizar un rencor y hartazgo similar, al que tenían los adversarios a los que vinieron a sustituir.

APUNTE

Soberbia que sufre una patente transformación cuando se encuentran frente al poder federal encabezado por el Presidente López Obrador, a quien difícilmente le podrán ganar una sola de las batallas que han emprendido en su contra, y mucho menos “enseñarle el Padre Nuestro” a quien en materia de comunicación y manipulación se las sabe de todas, todas. Prueba de ello es que aunque cuenta con muchos adversarios, intenta –aunque no siempre lo consigue- no ofenderlos abruptamente…o lo que es lo mismo, hasta para ser majadero, se debe de tener gracia.
 

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