Ideas

No es de quieran

Guste o no, comenzó la Leagues Cup, torneo que se origina del capricho de los dirigentes de la Liga MX por irle a mendigar a la MLS. La idea podría ser buena, pero en otras condiciones -una mejor calendarización, con una eliminatoria previa-. El hecho de que participen todos los equipos de ambas ligas lo hace muy prolongado. 

Recientemente ha habido expresiones de desaprobación al momento y al formato del certamen.

El técnico del Toluca, Renato Paiva, mencionó que el evento binacional debería de realizarse antes o después del torneo local, en el mismo tenor declaró André Jardine (entrenador del América), y André-Pierre Gignac declaró que sería bueno que los equipos de la MLS jugaran partidos en México, pero eso por supuesto no va a suceder.

La postura de la MLS ha sido: “Tú quieres hacer negocios conmigo, yo hago negocios contigo, pero las reglas las pongo yo. Mis equipos van a ser locales, los tuyos van a viajar, no van a disputar dos encuentros en la misma sede, mi televisora transmitirá todos los partidos, entre otras cosas”.  

Por las desbocadas ansias de los clubes mexicanos por los billetes verdes, han cedido en prácticamente todo; si después en lo deportivo les va mal, se quejan.

Para los directivos mexicanos no hay vuelta de hoja, los dólares mandan y en México no hay de esos, y no es de que quieran: juegan porque juegan.

Lo positivo de la Leagues Cup es que equipos de poca convocatoria que difícilmente juegan partidos de “recaudación”, se embolsan extraoficialmente 400 mil dólares aproximadamente, aunque pierdan sus dos partidos; que “donde estaban”.

¿En esta sociedad qué aporta la Liga MX?: la nostalgia de los paisanos por el país que abandonaron; ese factor es lo que genera algunas grandes entradas sobre todo en los partidos de los equipos populares, como ocurrió el sábado en el partido que las Chivas se enfrentaron al San José Earthquakes, y al que asistieron cincuenta mil aficionados al Levi´s Stadium.

Pero no es mucho lo que puede aportar hoy en día la Liga MX, cuya calidad futbolística deja mucho que desear.

Por supuesto que para los equipos mexicanos de economía poderosa, los ingresos pueden ser no muy significativos, pero no le hacen “gestos a la sopa”, para ellos el tema es la exigencia deportiva, de ganar el torneo ante equipos de una liga a la que no pocos ven por debajo del hombro, ganar el título es ganar “big bucks”.

En la edición anterior, la actuación fue bochornosa en lo deportivo, salvo el caso del Monterrey que terminó en el cuarto lugar.
En la actual, la cosa no empezó bien: los Pumas perdieron con Austin que jugó con un elemento menos y fallaron un penal en el minuto 90.

Xolos fue goleado por Los Ángeles FC con show de Juan Carlos Osorio; en duelo de malos, Mazatlán fue peor que el New England Revolution; y Puebla sucumbió ante el Inter Miami sin Messi.

El Guadalajara, siempre estandarte de nuestro balompié, no pudo con el peor equipo de la MLS. El “Piojo” Alvarado evitó la derrota ante los Earthquakes con un gol en el último minuto de los ocho agregados; en penales perdió el Rebaño. Querétaro fue una historia similar y terminó cayendo en penales.

En los primeros partidos, el Atlas había sido el único que ganó, imponiéndose al Houston Dynamo. 

Si fuera como en los cómics, ¿alguien se podría imaginar a Mikel Arriola en el “Salón de la Justicia” llamando a los “paladines”, Cruz Azul, Toluca, Tigres, Monterrey, América, Pachuca para que raudos lleguen al rescate?

Calma, esto apenas inicia, que todavía no apriete el “botón de pánico”.

Lo que pretende Arriola o los patrones de Mikel, es que en un futuro haya una unificación de las dos ligas.

¿Hay necesidad de hacerlo?

Mejor “cada quien en su casa y Dios en la de todos”, porque el “muerto y el arrimado a los tres días apestan”.

Síguenos en

Temas

Sigue navegando