No al segundo piso inmobiliario
Construir un segundo piso en la salida Sur de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) por la Avenida López Mateos sería una de las peores decisiones en política urbana que hayan tomado los gobiernos de la ciudad y del Estado.
Sería abonar a la misma política de crecimiento de la ciudad que nos ha llevado al caos y desastre urbano que hoy prevalece sobre la ZMG, donde impera la crisis de movilidad de los habitantes de la ciudad, el crecimiento descontrolado y disperso de la mancha urbana, la mala calidad de los servicios públicos y una crisis de vivienda definida por miles de personas que necesitan habitar un hogar y una sobreoferta de inmuebles con precios inaccesibles para la mayoría de la población.
Basta tener un poco de memoria para comprender qué es lo que ha provocado el caos y saturación de López Mateos. Primero el desordenado crecimiento de cotos, fraccionamientos y edificaciones de vivienda y comerciales a lo largo de la llamada Puerta Sur en los pasados veinte años. Gobiernos omisos, irresponsables o corruptos (o todo ello a la vez) autorizaron asentamientos de vivienda sin prever la dotación de servicios esenciales como agua, drenaje, electricidad, recolección de basura, educación, transporte público y movilidad. Bastaba sumar las construcciones autorizadas con los nuevos pobladores por llegar para proyectar una demanda de servicios, entre ellos el uso de López Mateos por los automovilistas que llegarían a los nuevos fraccionamientos.
La otra decisión de política urbana que hay que recordar es que los gobiernos de las tres décadas anteriores han invertido miles de millones de pesos para hacer de López Mateos una de las avenidas más rápidas de la ciudad. Desde el Gobierno de Enrique Álvarez del Castillo (1983-1989), que construyó el túnel vehicular por la Glorieta Minerva, pasando por el Gobierno interino de Carlos Rivera Aceves, que amplió el túnel vehicular en su cruce por Avenida México, hasta el Gobierno de Francisco Ramírez Acuña, que completó varios túneles vehiculares hacia el Sur de esa vía, ninguna otra avenida de la ZMG ha tenido tanta inversión pública como esta. Y el resultado es la saturación y los embotellamientos constantes.
Este simple recordatorio de las inversiones pasadas debiera bastar para confirmar que más obras en las avenidas no resuelven el problema de los embotellamientos o atascos, sino que los incentivan.
Apostar por un segundo piso en López Mateos sería avalar nuevamente la privatización de las obras y servicios que deberían ser públicos, pues como se sabe, se trata de una “propuesta no solicitada” presentada por una constructora particular a la Secretaría de Infraestructura y Comunicaciones y Transportes (SICT) del Gobierno federal que debería ser avalada por el Gobierno de Jalisco. De aprobarse, el segundo piso en López Mateos se convertiría en una avenida privatizada por la que el constructor cobraría una cuota a los usuarios probablemente por 20 o 30 años. Habría automovilistas de primera que puedan pagar la cuota y transitar más rápido por la avenida, y automovilistas y pasajeros de transporte público de segunda o tercera que seguirían atorados en los atascos del primer piso de López Mateos.
La propuesta del segundo piso en López Materos es una obra que incentiva el uso del automóvil y la continuación de una política urbana al servicio de las empresas inmobiliarias. Sólo incentivará más desarrollos inmobiliarios y comerciales en el corredor de la Puerta Sur de la ciudad y no resolvería el actual problema de atascos y saturación de dicha avenida.
No son más avenidas o segundos pisos lo que necesita la ciudad, sino arrebatar el crecimiento de la ciudad que ha sido dejado por el Estado en manos de las empresas inmobiliarias. Es necesario que los gobiernos municipales o estatales dejen de estar al servicio de las constructoras y asuman su responsabilidad de responder al interés común y general de la sociedad en políticas de vivienda y movilidad.
Debe revertirse la actual política urbana y obligar al gobierno a intervenir en una política que termine con la dispersión de la ciudad, apueste e intervenga en la construcción de núcleos de vivienda social, a precios accesibles a todos los sectores, incluidos los más pobres para evitar que se les siga obligando a adquirir una vivienda en las periferias. Cientos de miles de habitantes de esta ciudad pueden regresar a las zonas centrales con mejores servicios y calidad de vida, si la vivienda es accesible para ellos. Este es el cambio que se necesita, no un segundo piso en López Mateos. No debemos permitir este despropósito que sería en realidad un segundo piso inmobiliario.
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