Neoliberalismo
De momento parece claro que los líderes de países como la Gran Bretaña, Estados Unidos y México se han manifestado públicamente en contra del sistema económico neoliberal, aunque desde muy distintas posiciones y con muy diversos horizontes, bastaría con observar que esa postura, en Estados Unidos, va directamente en contra de la Unión Europea.
No obstante este combate al neoliberalismo, las imposiciones de instancias financieras mundiales avaladas por Estados Unidos siguen siendo de corte neoliberal, lo que provocó el año pasado serios disturbios en Chile, Ecuador y Colombia; en esos países la sociedad fue la que se manifestó en contra del sistema neoliberal, en tanto que sus gobiernos, se mantenían alineados con dicho sistema y por recomendación venida del norte intentaban disminuir los apoyos sociales que se otorgaban a la población más vulnerable vía subsidios.
La cuestión es ¿qué sistema sí?, ¿se trata de volver al capitalismo salvaje de corte nacionalista, como lo expresa el presidente norteamericano, donde lo único importante es volver a hacer grande a Estados Unidos? Esa forma de entender la economía restablece una relación desigual entre los países, donde los poderosos dominan y someten a las economías débiles y las hacen dependientes hasta el servilismo, sin permitirles nunca un desarrollo económico soberano.
Actualmente, en nuestro país el sistema económico no está definido, lo único expuesto por el presidente es el abandono, relativo, del sistema neoliberal, lo cual le permite ignorar cualquier recomendación en materia de limitar apoyos sociales, que desde luego ha prodigado como nunca antes, beneficiando en el aquí y el ahora a numerosas personas realmente necesitadas; pero la redistribución de la riqueza, por sí misma, no constituye un sistema económico, en todo caso sería un recurso remedial al sistema vigente, entonces ¿la idea implícita del presidente Andrés Manuel sería regresar al capitalismo social de los años cincuenta - sesenta del siglo pasado? El problema es que no sabemos en realidad qué es lo que realmente se pretende.
A nivel internacional el combate abierto que Estados Unidos hace a la Unión Europea no nos favorece, pues debilita un bloque político y comercial que puede y debe actuar como punto de equilibrio para el hemisferio occidental, en cierto modo, la debilidad europea nos pone en manos solamente de un actor, mientras que la sumisión a Norteamérica, si bien genera beneficios a diversos sectores de México, no nos permite la soberanía necesaria para alcanzar el crecimiento y el desarrollo que garanticen nuestra soberanía.
A diferencia de las políticas exteriores de la Unión Europea y de China, la política permanente de Estados Unidos es de sometimiento, de fomentar la sumisión, nunca la autonomía, de mantenernos siempre en condiciones de dependencia, de tal modo que cualquier decisión que en México se tome, en muchas materias, debe luego revocarse si a los vecinos del Norte les incomoda, veamos lo que ha sido el tema migratorio centroamericano, lo ocurrido con el sonado refugio dado a Evo Morales y luego hábilmente negado, la cancelación de inversiones chinas, los mil manejos del T.MEC, no cabe duda que la “fraternidad universal” que ha hermanado siempre al sistema político mexicano con Norteamérica sigue teniendo un costo muy alto para el destino de México.
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