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Negocios y opacidad militar

No ha pasado ni siquiera un mes completo de que se dieron a conocer los viajes de lujo por Estados Unidos y Europa del general Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), utilizando aviones del Ejército mexicano, cuando este funcionario castrense está metido nuevamente en otro escándalo patrimonial.

Ahora por la compra de un exclusivo departamento en el fraccionamiento residencial Bosque Real, en Huixquilucan, valuado en 30 millones de pesos, pero que él compró en tan sólo 9 millones a una socia de una empresa, hija de un militar en retiro, que dos años después de esa transacción, en febrero del año pasado, vendió a la Sedena placas balísticas por 319 millones de pesos.

Ambos casos fueron documentados por la organización civil Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).  El primero el 18 de abril pasado con base en los correos filtrados por Guacamaya Leaks en los que aparecen cuentas de hoteles y restaurantes de alta gama y viáticos ilimitados en ciudades americanas y europeas.

En esa ocasión, el Presidente Andrés Manuel López Obrador defendió en la mañanera al general. “A lo mejor su familia sí. ¿Y qué?, ¿cuál es el problema?”, cuestionó para luego reprochar que viajes así tiene el periodista Carlos Loret o los dueños de los periódicos Reforma y El Universal. Remató culpando a la DEA o “cualquier otra agencia (estadounidense)” y al empresario Claudio X. González de estar detrás de esa investigación, por ser “proestadounidense”. 

Del caso del departamento de lujo, que el general reportó que compró en febrero del 2020, a un precio tres veces menor de lo que cuestan en realidad, a Alejandra Aguilar Solórzano, que junto con su hermana Elisa son dueñas de la empresa “Protective Materials Technology” (Promatech), e hijas de Alfredo Aguilar Amezcua, militar retirado y apoderado legal de esa firma proveedora de la Sedena, ayer el Presidente se las arregló para que en la mañanera nadie le preguntará y él nunca tocó el tema.  

Difícilmente podrá evadir nuevamente el asunto hoy, por lo que habrá que estar atentos a lo que diga desde su púlpito presidencial de este nuevo caso de excesos de su responsable de las Fuerzas Armadas del país que además de abollar de nuevo, como sus hijos, el discurso de austeridad republicana de su Gobierno que pregona casi a diario, podría abrir casos de posible corrupción y/o tráfico de influencias para hacer negocios millonarios aprovechando los altos grados de opacidad con los que se maneja la Sedena, a la que el Gobierno de la 4T ha multiplicado exponencialmente su presupuesto por las múltiples y nuevas tareas que les ha asignado.  

jbarrera4r@gmail.com

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