Negligencia en la morgue
A María de Lourdes Navarro Robles un comando le arrebató a su hijo, Javier Ángel Jara Navarro, de su propio domicilio el 14 de mayo de 2019 en Tlajomulco. Luego el Estado, debido al negligente proceso de identificación de cuerpos, le volvió a desaparecer a su hijo durante dos años y tres meses.
El dolor de esta madre de tener a un hijo desaparecido pudo terminar el tercer día de la privación ilegal de la libertad, pero la crisis forense y la negligencia burocráticas del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) alargó la desaparición de Javier Ángel Jara por más de 800 días.
El dolor de esta madre de tener a un hijo desaparecido pudo terminar el tercer día, pero la crisis forense y la negligencia burocráticas del IJCF) alargó la desaparición...
La historia completa es que después de que Javier Ángel Jara fue privado ilegalmente de su libertad en su domicilio, lamentablemente fue asesinado por quienes lo desaparecieron y el cuerpo (mutilado) fue arrojado en una fosa clandestina de la calle Río, en Santa Anita, en Tlajomulco. La fosa y el cuerpo de Javier Ángel Jara fueron localizados el 17 de mayo de 2019, tres días después de que fue desaparecido. Los restos de los cuerpos encontrados en esa fosa fueron llevados al Servicio Médico Forense (Semefo) ese mismo día.
Después de presentar una denuncia por la desaparición, la señora María de Lourdes Navarro fue al Semefo con la esperanza de encontrar el cuerpo de su hijo. Ahí estaba, pero por razones que las autoridades tienen que explicar, y sancionar en caso necesario, le negaron el cuerpo. No una sino quince veces al menos, según relató a la reportera Tania Casillas (Mural, 29 julio 2021) en una trágica historia donde las víctimas de la violencia organizada vuelven a ser victimizadas por las autoridades, por un Estado obligado a dar un trato digno a los cuerpos y las familias de las víctimas.
María de Lourdes Navarro pudo identificar a su hijo no porque funcionarios del IJCF hicieran bien su trabajo o se hayan compadecido de una adolorida madre con un hijo desaparecido.
La identificación fue gracias al trabajo de búsqueda e identificación que hacen por su cuenta las familias organizadas que tienen desaparecidos. Una integrante del Colectivo Huellas de Amor vio señas descritas por la madre en el cuerpo de Javier Ángel Jara. Desde ese colectivo se pusieron en contacto con otro hijo de María de Lourdes Navarro y fue así que pudo identificar a su hijo en el Semefo, el 24 de abril de este año. Sin embargo, hasta la publicación de esta trágica e indignante historia (29 de julio), la señora María de Lourdes Navarro no había recibido el cuerpo de su hijo. Ahora alegan que el cuerpo fue mutilado y no todas las partes están completas. Pero la madre ya quiere el cuerpo de su hijo como esté para poder enterrarlo y cerrar su duelo.
Casos como el de esta madre, víctima de la violencia y revictimizada por el mismo Estado, se repiten por decenas en Jalisco de modo inadmisible. No debería haber impedimentos para que un cuerpo en resguardo en la morgue del estado, sea entregado lo más pronto posible a la madre y a la familia que lo está buscando.
Ya se sabe que la crisis forense está relacionada con el incremento de la violencia organizada con las altas tasas de homicidios intencionales y de cuerpos de personas desaparecidas enterrados en fosas clandestinas o en centros de exterminio.
Pero parte de la responsabilidad deriva de la descoordinación y burocratismo que existe en la relación entre los peritos del IJCF y la policía ministerial de la Fiscalía General de Justicia, tal como denunció en la recomendación 10/2019 la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) emitida en mayo de 2019 derivada del terrible episodio de los cuerpos transportados en tráileres refrigerantes en septiembre de 2018. Desde esa ocasión la CEDHJ recomendó al fiscal general mejorar la relación y coordinación entre las áreas de la Fiscalía (relacionadas con la identificación de cuerpos) y Ciencias Forenses.
Casos tan trágicos e indignantes, como el calvario que está pasando la señora María de Lourdes Navarro, no deberían repetirse. El gobierno debe corregir la burocracia negligente que hace que el Estado vuelva a desaparecer a un hijo buscado por su madre. Esta negligencia debe terminar. El trato indigno a los cuerpos y la revictimización de las familias debe desterrarse.
rubenmartinmartin@gmail.com