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Navidad, rojiblanca Navidad

Las fiestas de diciembre ocupan un lugar especial en la historia de Chivas, que en cinco ocasiones se ha coronado durante los últimos días del año.

Chivas obtuvo su tercer campeonato (el segundo de manera consecutiva) un 27 de diciembre de 1959 derrotando a Necaxa por marcador 3-2 en Oblatos. El entrenador del equipo era el húngaro Arpad Fékete. Los rojiblancos ofrecieron un primer tiempo flojo, pero se repusieron en la segunda parte para quedarse con el título. EL INFORMADOR celebró el triunfo como una “honra al futbol mexicano”.

No había pasado un año cuando las Chivas ya estaban celebrando otra vez. El 22 de diciembre de 1960 el Rebaño venció al Toluca por 3-2 para llevar a sus vitrinas su cuarto título, el tercero consecutivo.

Los aficionados del Guadalajara, que abarrotaron el Estadio Jalisco, pasaron por lo que EL INFORMADOR describe como “agudos momentos de pena, extraordinarios momentos de alegría y, aunque pocos, muy notorios momentos de verdadera angustia”, porque el Toluca anotó dos goles en un minuto y estuvo cerca de empatar.

Fue un triunfo doblemente significativo porque le dio al Guadalajara la Copa Challenger, que estaba reservada para el primer equipo que lograra coronarse en tres ocasiones consecutivas (o cinco alternadas).

24 de diciembre de 1961: Chivas campeón por quinta ocasión, cuarta seguida. La Navidad nunca fue tan rojiblanca. El rival fue de nuevo el Toluca, al que el Guadalajara venció en casa por 1-0. Los Diablos eran los más cercanos perseguidores de los tapatíos y también la mejor ofensiva del torneo. A pesar de que Raúl Arellano y Arturo Chaires jugaban disminuidos por lesiones, el Rebaño se coronó gracias a un gol de Sabás Ponce (su única anotación del torneo) al minuto nueve del segundo tiempo.

Tendrían que pasar dos años para que Chivas celebrara de nuevo. El 29 de diciembre de 1963 vencieron por 2-0 al Nacional en el Estadio Jalisco para ganar su sexto campeonato. Los goles fueron cortesía de Salvador Reyes y Francisco Jara, un par de anotaciones no particularmente brillantes, pero suficientes para quedarse con el título. Los seguidores rojiblancos tuvieron un aliciente para celebrar de manera aún más eufórica el triunfo de su equipo, porque Fernando Marcos, cronista y ex entrenador de América, había iniciado una campaña en la que afirmaba que algunos equipos se habían vendido para que el Guadalajara quedara campeón. En las celebraciones por el campeonato, los aficionados llevaron en hombros a los jugadores con una manta en la que dedicaban el título a “Marcos y jilgueros”.

Todos estos triunfos son hitos importantes en la historia de Chivas, pero no todo han sido celebraciones durante diciembre. El último trecho del año también ha traído consigo reveses.

Era el 20 de diciembre cuando Chivas perdió el campeonato de la temporada 1962-1963 ante el Oro. La Final del invierno 1998, que perdió contra Necaxa, se jugó el 10 y el 13 de diciembre, y hace apenas unos días consumó en los Emiratos Árabes la peor prestación de un equipo mexicano en el Mundial de Clubes.

En la era de torneos cortos el verano parece ser más propicio para el Guadalajara en lo que se refiera a títulos de Liga, pero los aficionados de Chivas no pierden la esperanza de vivir pronto otra Navidad rojiblanca, o mejor aún: una serie de navidades rojiblancas, como en los mejores tiempos.

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