Naranjeros y Yaquis favoritos en Semifinales y Charros estará “nomás milando”
Naranjeros de Hermosillo y Yaquis de Ciudad Obregón son favoritos para obtener el triunfo en semifinales y lograr boleto al serial por el título de Campeón en esta campaña 2020-2021 de La Liga Mexicana del Pacífico (LMP), máximo circuito beisbolero profesional jugándose en otoño-invierno, pudiendo así cristalizar el sueño de los fanáticos sonorenses al Rey de los deportes de ver a dos equipos de esa tierra en la final y garantizar que la corona quede en aquella entidad norteña de tanta prosapia en el juego de pelota.
De entre los conjuntos involucrados en semifinales Naranjeros y Yaquis fueron los de mejor desempeño durante la agenda ordinaria de la temporada culminando en ese orden en el standing final por puntos, recordando que Naranjeros dieron cuenta de Venados de Mazatlán, y los de la tribu Yaqui pasaron por encima de Charros de Jalisco a quienes apalearon humillaron y eliminaron de la competencia. Los Sultanes se impusieron a los Caballeros Águila de Mexicali, y Tomateros dejó en el camino a Algodoneros de Guasave.
De hecho, no habiendo quedado aun olvidado el trago amargo que fue dicha eliminación del escuadrón jalisciense en apenas la tempranera repesca, es viable ahondar en cuanto a las causas de su actuación en esta temporada, en la que quedaron a deber a su noble afición que no por el hecho de no poder estar presente en su estadio de Zapopan, -por causas de fuerza mayor como fue la irrupción de la pandemia-, dejaron de estar pendientes de la labor de su equipo a través de los medios de comunicación.
Su desempeño en la campaña estuvo plagado de altibajos, no logrando embonar como conjunto, con muchos peloteros que nunca pudieron mostrarse consistentes en su trabajo. Errores defensivos, falta de estabilidad en su staff de pitcheo y ausencia de bateo oportuno, sumado a una deficiente dirección técnica desde el dugout, abonaron al mal desempeño. Y ni hablar de las erróneas decisiones directivas, los problemas administrativos, financieros y la ausencia de liderazgo ejecutivo en razón de los conflictos legales que les aquejan. Por si fuera poco, el manejo de protocolos frente a la pandemia fue torpe y deficiente, dando paso a que no pocos peloteros contrajeran la enfermedad por Covid-19 y tuvieran que cumplir sus respectivas cuarentenas en detrimento del equipo, destacando los casos de piezas importantísimas como Marco Tovar, Jesús Cruz Sustaita, e Ivan Salas.
Para encarar la postemporada, algunos directivos cometieron errores significativos cayendo en improvisaciones, negligencia y soberbia al no escuchar a buenos asesores técnicos, haciendo a un lado en ocasiones a la gerencia deportiva.
Un claro ejemplo fue haber dado de baja al valioso toletero y utility cubano Henry Urrutia, elemento de probada valía que conoce perfectamente al equipo y al estadio, para traer a Al Albuquerque un cerrador que sí se necesitaba primordialmente para fortalecer el staff de pítcheo puesto que ya se sabía que no contarían más con Sergio Romo (que solo jugó un inning) y que Roberto Osuna no jugaría, pero que no llegó a tiempo para reportar con el equipo.
No obstante haber traído a alguien que no estaba disponible, en el draft Charros pudo enmendar el error tomando como refuerzo a su propio pelotero que ya había dado de baja, es decir, traer al roster de nueva cuenta a Henry Urrutia, en lugar de experimentar con Quiroz que no bateó y se lesionó. Otra pifia fue dejar pasar al antillano Carlos Viera, quien fue coptado por Yaquis y a la postre se convirtió en factor para la eliminación de Charros en la repesca.
Además, cosas inexplicables como tener casi toda la agenda ordinaria inserto al chamaco Jared Serna, infielder que entró en muchas ocasiones y jugó bien la tercera, la segunda y las paradas cortas, que además bateó, corrió, y al final desapareció.
Todo influyó y los malos resultados están a la vista. Lo que es un hecho es que Naranjeros y Yaquis son favoritos en los duelos de semifinales, y Charros estará ‘nomas milando’.
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