Nadie sabe para quién trabaja...
Me da susto y flojera el inicio del año desde que soy consciente o vivo de manera activa lo que implica un año de campañas electorales. No sé qué sea peor, pero a nosotros los jaliscienses se nos empalman todas las elecciones juntas: las municipales, las estatales y las federales. Cuando era jovencita, me entusiasmaban y leía cuanta declaración dieran cada uno de los candidatos, corría a algún mitin político a conocerles o, por lo menos, de lejos verles la mirada y escuchar de su boca los discursos pronunciados; me echaba con botana hecha para la ocasión, todos, todos los debates.
Luego un día, no sé qué día fue, me dejó de interesar, creo que cayó la vida cotidiana y más que las campañas, el ejercicio en el poder de cada uno de aquellos hombres y mujeres a caballo que iban a cambiar la realidad, me decepcionó al grado de asquearme. El bombardeo de anuncios televisivos, radiofónicos, en prensa, en redes sociales, en la calle con espectaculares tan frecuentes como Oxxos y gasolinerías o Farmacias Guadalajara, es, por decir lo menos, excesivo y violento. Imágenes de cada uno de los políticos en una especie de estado de plenitud hablándole a las masas, o retratados en poses donde aparecen más felices que el día que nacieron sus hijos son casi vomitivas.
Empiezan apenas las campañas de las que yo pretendo, pero aunque me engañe no será así, participar poco. Con todo y eso, no me había tampoco dado cuenta del hastío que provocaron ya en mi círculo cercano las casi inexistentes precampañas que ni fueron muy organizadas, ni limpias, ni contundentes porque hasta hoy, no hay candidato o candidata o candidato para Guadalajara por parte de los guindas.
Lo que es obvio, es que Morena está, como bien apuntó Lemus al quejarse amargamente de la mano que desde la federación opera, más cerca de lo que pensamos (o pensé) y quieren llevarse el paquete completo: ciudad, estado y país. La verdad, estimado lector, yo ni cuenta me había dado aunque intuyo lo que significa para el pueblo (bueno) un rostro y un gesto como el de Claudia Delgadillo que es infinitamente más de la gente que otros candidatos, pero quien me hizo ver que tienen con qué ponerle mucho sabor a la grilla local, fue exactamente su adversario a quien, no nos hagamos, también le operan cosas desde la gubernatura desde hace tiempo y nadie había chistado. Total, que como el niño que siente que va a perder sus dulces, ese fue el indicador que me hizo voltear a ver que en Jalisco, Morena tiene muchas más posibilidades de lo que creíamos. Nadie me lo había hecho notar de manera tan clara, total, de veras que nadie sabe pues, para quien trabaja.
Ahora sí, a divertirse, qué más.
argeliagf@informador.com.mx • @argelinapanyvina