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Musorgsky, apoteósico

Hay consenso: aunque varios compositores intentaron realizar nuevas versiones orquestales de la partitura escrita originalmente para piano por Modesto Mussorgsky en 1874, fue la de Mauricio Ravel, en 1922, la que convirtió a “Cuadros de una Exposición” en una obra musical verdaderamente importante...

Ello explica el epílogo apoteósico del Octavo Concierto de la Tercera Temporada 2022 de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), la noche del jueves en el Teatro Degollado. En la medida en que se conjuntaron la lectura de José Luis Castillo, su director artístico, y la solvencia del ensamble, con un equilibrio de todas las secciones, el resultado fue que la concurrencia recompensara la audición con cálidas ovaciones y los asistentes salieran rumiando en la memoria -permítase la expresión- especialmente los espectaculares acordes de “La Gran Puerta de Kiev” con que concluye triunfalmente el recorrido musical por los cuadros de Víctor Hartmann que inspiraron a Mussorgsky.

En Gnomos, El Antiguo Castillo, Tullerías, Bydlo, Ballet de Polluelos en sus Cáscaras, Samuel Goldenberg y Schmuyle, El Mercado de Limoges, Catacumbas, La Cabaña sobre Patas de Gallina y La Gran Puerta de Kiev, Mussorgsky, fiel a los principios del Círculo de Balakiriev, mantuvo la ambigüedad tonal y se refugió en la armonía cromática.

El programa incluyó en la primera parte tres obras breves del poco conocido compositor ruso Anatoli Liadov (1855-1914): Baba-Yaga, Kikimora y El Lago Encantado, basadas en cuentos y leyendas, y cuatro arias de óperas de Mozart a cargo del joven tenor sinaloense César Delgado, quien ya ha tenido presentaciones en Alemania, Italia, Canadá, Estados Unidos y aquí mismo en Guadalajara.

En “Un’aura amorosa” (de “Cosi fan tutte”), “Se di laure...” (de “Mitridate, Re di Ponto”), “Dalla sua pace” e “Il mio tesoro” (de “Don Giovanni”), Delgado lució en los pasajes a media voz, se esforzó -notoriamente- por alcanzar los registros extremos y cumplió con las exigencias de fiato en una de las arias más demandantes de la literatura operística en ese aspecto (“Il mio tesoro”)... aunque en el balance quedó la sensación de que aún no está para dar vida a “Don Govanni” (como dijera algún tenor mexicano: “Don Juanito..., y gracias”), ni para alternar con los Francisco Araiza, Ramón Vargas, Fernando de la Mora, Rolando Villazón o Javier Camarena, por ejemplo.

El programa, como de costumbre, se repite este domingo, en la misma sala, a partir de las 12:30 horas.

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