Ideas

Movimientos sociales en México

Las luchas de la humanidad han tenido, por siglos, distintos propósitos: la abolición de la esclavitud, la independencia política, la justicia social, la defensa de la propiedad privada, el derecho a la libertad de culto, de expresión y de asociación, entre otros.

Estas pueden ser violentas, como las revoluciones, que son explosiones sociales y se producen como consecuencia de las precarias condiciones de vida de amplios sectores de la población: desigualdad económica, explotación laboral, falta de oportunidades educativas, de salud, empleo y vivienda, principalmente y, cuando tienen éxito, se concretan con la promulgación de una nueva Constitución. Actualmente, están sucediendo una serie de profundas transformaciones en el escenario de las comunicaciones, la tecnología, el nuevo rol de las mujeres en el mundo y la moralidad de los jóvenes. Aun cuando dichas manifestaciones no hagan llegar la sangre al río, bien pudieran calificarse de revolucionarias. Así, los cambios pacíficos obedecen a la necesidad y conveniencia de ir ajustando las reformas estructurales que garanticen mayores y mejores condiciones de vida a la sociedad. Los países con niveles superiores de desarrollo han logrado amplios estándares de bienestar y las inconformidades sociales obedecen a otro tipo de motivaciones, como la preservación y cuidado del medio ambiente, por ejemplo.

En México se han vivido tres importantes confrontaciones armadas: la Independencia, la Reforma y la Revolución, las cuales definieron el destino de nuestro país. La Independencia tuvo como finalidad la emancipación del Imperio Español: hoy somos una nación independiente. La Reforma, por su parte, pretendía la consolidación del Estado Moderno, básicamente, la separación del gobierno y la Iglesia, y la creación de algunas instituciones sobre las que se desarrollaría el México del futuro. Gracias a ello, hoy somos un Estado laico con instituciones seculares. Por último, la Revolución Mexicana, cuyos objetivos se resumen en el lema “Sufragio efectivo y no reelección” y en el compromiso explícito de mejorar las condiciones de vida para los mexicanos.

Este movimiento propició un profundo reacomodo de las estructuras políticas, económicas y sociales. En la actualidad, las garantías sociales forman parte del cuerpo de la Constitución.

Aunque las conmemoraciones de estos movimientos son parte importante de las efemérides nacionales, la distancia temporal dificulta la comprensión de las circunstancias en las que se dieron, así como el precio que pagaron los mexicanos de los siglos XIX y XX. Si referimos que la Revolución Mexicana costó más de un millón de vidas, por importante que sea la cifra, es casi imposible dimensionarla. Finalmente, hay un hecho cierto: las generaciones posteriores al conflicto hoy vivimos en libertad.

Disfrutamos las ventajas de una sociedad abierta; podemos elegir, no solo a nuestros representantes, sino dónde y con quién vivir, además de otros derechos derivados del sacrificio de nuestros antepasados. Es importante tomar conciencia de que, a pesar de todas las vicisitudes, aquí estamos, y de que somos un gran país con futuro promisorio, eso nos ayudará a ponernos las pilas y cubrir la cuota de trabajo que nos corresponde como mexicanos del siglo XXI.

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