Ideas

Morena y Jalisco

La semana pasada dos corcholatas presidenciales tuvieron encuentros con lopezobradoristas jaliscienses, e igualmente trascendió una reunión del líder nacional morenista con el rector de la Universidad de Guadalajara (presunto aspirante a gobernador). Días políticamente singulares para una entidad con elecciones en el 2024 y donde el morenismo no tiene un buen escenario.

Jalisco es una de las nueve entidades en las que dentro de dos años se renovará gubernatura.

El Estado está en poder de Movimiento Ciudadano desde 2018 en cuanto a gubernatura, pero justo es decir que desde tres años antes los naranja ya dominaban importantes alcaldías –incluida la capital– y eran fundamentales en el legislativo local.

Y es que a pesar de haber sido derrotado en 2012 en la pugna por la gubernatura, que perdió ante el priista Aristóteles Sandoval (asesinado en 2020), Enrique Alfaro comanda desde hace más de una década el grupo que logró desplazar al PRI y al PAN de la hegemonía política en Jalisco.

Hoy ese dominio no parece bajo amenaza rumbo a la elección de 2024 porque Morena no incide en tierras jaliscienses.

El ejemplo más reciente del poco peso morenista en Jalisco es la revocación de mandato de abril pasado. La tierra jalisciense registró el nivel más bajo de participación en esa consulta (9.1% en el plano estatal, y tuvo algunos de los municipios donde nacionalmente menos acudió la gente a votar el 10 de ese mes); además ocupó el segundo lugar en las entidades donde más se votó para que López Obrador se fuera. O sea, muy pocos acudieron, pero dentro de esos pocos hubo quienes fueron motivados a castigar a AMLO.

Si Morena quiere ganar en 2024 tendrá que cuidar las elecciones de gobernador de ese año: en la capital de la República lucen empatadas las posibilidades morenistas frente a una eventual alianza opositora. ¿Alguien ve al PAN perdiendo en dos años Yucatán o Guanajuato? Puebla y Veracruz estarán interesantes, y lo mismo Morelos. Chiapas y Tabasco, en cambio, lucen dadas para que repita el oficialismo, a menos de que en la primera haya una rebelión interna en la coalición gobernante.

Se puede ganar la presidencia de la República perdiendo Jalisco (en 2018 AMLO se impuso a nivel estatal por 8 puntos al panista Ricardo Anaya, pero en la gubernatura MC ganó a Morena por casi 15 puntos). Pero mientras más votos jaliscienses rescate el oficialismo mejor para la suma nacional.

Por eso hace un mes ya estuvo placéandose por Jalisco el canciller Marcelo Ebrard –justo antes de reportarse con Covid– y este sábado acudió el secretario de Gobernación Adán Augusto López Hernández. Claudia Sheinbaum, en cambio, recibió en el palacio del Ayuntamiento esta semana a dos legisladores locales de Morena: al coordinador de la bancada José María Martínez y a María Padilla Romo.

Sin embargo, el mayor revuelo de los encuentros de la gente de Morena con jaliscienses lo provocó Mario Delgado al entrevistarse con Ricardo Villanueva, rector de la Universidad de Guadalajara, personaje conocido pero que ya una vez fue avasallado por Alfaro en la elección por la alcaldía tapatía en 2015: le ganó dos a uno.

A pesar del mal ambiente que Alfaro tiene con medios críticos, se antoja muy difícil que los jaliscienses quieran dar una oportunidad al movimiento de Andrés Manuel en la gubernatura de 2024.

Con gente como Lomelí e incluso Villanueva, Morena no podrá amenazar la hegemonía de MC, cuyo precandidato Pablo Lemus, sin embargo, parece demasiado confiado. A ver si no le dan un susto y se cae de la hamaca futurista en la que anda subido.

Salvador Camarena

sal.camarena.r@gmail.com

Síguenos en

Temas

Sigue navegando