México, ‘a ponerse las pilas’
Hoy, después de las tres de la tarde cuando Joe Biden tome posesión, México y Estados Unidos abren un nuevo capítulo dentro de sus complejas relaciones bilaterales. Podemos asegurar que ya no habrá amenazas del vecino. A partir de hoy se acaban los calificativos derogatorios de migrantes violadores, narcotraficantes y delincuentes. Y de acuerdo con la promesa del nuevo presidente Joe Biden, ni un solo centímetro más de muro se construirá en la frontera.
Sin embargo, el pronóstico para el gobierno de México no es nada halagüeño. Grandes nubarrones se avecina con el nuevo inquilino en la Casa Blanca después del trato que México ha dado a la relación bilateral.
Y es que no solo se trata de la atención que Lopez Obrador ha dado a los demócratas en su afán de quedar bien con el ahora ya expresidente han dejado huella. Tres ejemplos: Los desaires de la visita a Washington para reunirse con Trump y cuando nuestro mandatario ni siquiera intentó comunicarse con ellos; la negativa de reconocer -como todo mundo lo hizo- el triunfo electoral de Biden y adherirse a las críticas cuando las redes sociales bloquearon a Trump. Son tres ‘pequeños detalles’ que han calado dentro de la nueva administración. A todo esto habrá que agregar lo más reciente fractura en la relación con el caso del General Cienfuegos.
Y lo que es aún peor, se dice que en Washington no saben, no ven cuales son los objetivos reales del Gobierno mexicano en la relación bilateral.
No hay que rendirles cuentas ni darles explicaciones, pero sí tomar en cuenta que son nuestros vecinos y principales socios comerciales. Y algo muy importante y que obliga a que políticamente se les atienda, son la principal fuente de ingreso de México con las remesas de nuestros paisanos en Estados Unidos. Solamente el año pasado fueron más de 40 mil millones de dólares. Cifra que aumentará significativamente con la aplicación del nuevo plan económico de Biden para reactivar la economía y el proyecto de una reforma migratoria para darle legalidad a 11 millones de indocumentados.
A una inmensa lista de problemas o de interés que hay que atacar de ambos lados de la frontera está el más dañino como es el narcotráfico, -de aquí para allá- y el tráfico de armas -de allá para acá-. A eso habrá que sumar temas de seguridad, de energía, laborales, de inversión, etc.
Así que hay que ‘ponerse las pilas’. Hay muchas cosas que hacer de la mano y en coordinación con el vecino. Ya sin provocaciones desde Washington es tiempo que México, de país a país, con sus riquezas, capital y talento haga frente a la problemática, y por intereses mutuos se lleguen a acuerdos y se trabaje hombro con hombro. ¿Usted, qué opina?