Mesocracia y pacto fiscal
En el estilo personal de gobernar de Alfaro toda decisión que resulta compleja merece una mesa de análisis, al grado que se habla, ya entre broma y en serio, de una “mesocracia”. Hacer mesas de expertos para apoyar la toma de decisiones o generar espacios de vigilancia y discusión tiene sin duda grandes virtudes. Si algo se le puede criticar hasta ahora a las mesas alfaristas es que son en general poco plurales, con gente en su mayoría cercana al proyecto político de los naranjas, pero no por ello inútiles.
La novedad es la mesa para estudiar y evaluar la conveniencia de que el Estado se salga o se mantenga en el pacto fiscal. Esta nueva mesa, que presidirá el periodista Enrique Toussaint Orendáin, busca ser un espacio técnico y plural de análisis serio sobre el tema. No tengo duda de la capacidad de Enrique para hacer un buen grupo que concentre y divulgue información. Mis dudas están más bien en el para qué de este ejercicio.
En el supuesto de que realmente estemos pensando en salirnos del pacto fiscal, necesitamos un análisis de alto nivel técnico que permita evaluar en serio el costo
Adherirse o salir del pacto fiscal es una atribución del Poder Legislativo. Es el Congreso en tanto representación popular del Estado y responsable de autorizar la ley de ingresos, el presupuesto de egresos y vigilar el buen uso de los recursos, quien tiene esta decisión. En el supuesto de que realmente estemos pensando en salirnos del pacto fiscal y rascarnos con nuestras propias uñas lo que necesitamos es un análisis de alto nivel técnico que permita evaluar en serio el costo y el beneficio de una decisión así. No se trata sólo de cuánto genera Jalisco y cuánto recibe a cambio, en una aritmética simple, sino cuánto cuesta recordar, si tenemos la capacidad de hacerlo y en el mejor de los casos cuánto tiempo nos llevaría construir un sistema de recaudación y fiscalización. Más aún, qué significa hacernos cargo de nosotros mismos, cómo establecemos la relación entre gobierno y sociedad a través de los impuestos y cómo participamos solidariamente en la federación.
Si el análisis y la composición de los miembros de la mesa tiene más criterios políticos que técnicos -hoy conoceremos a todos o a algunos de los miembros de ésta- las respuestas que obtendremos serán políticas y el resultado sólo le servirá al gobernador Alfaro para alimentar el discurso regionalista de cara a la elección intermedia. No podemos obviar ni olvidar que el leit motiv del gobierno alfarista, la famosa Refundación, está noqueado sino es que en coma terminal en espera de que lo desconecten del respirador y esto puede ser simplemente el discurso sustituto.
Bienvenido el debate, urgente, sobre un nuevo federalismo, que pasa por el tema fiscal, pero va mucho más allá. La recentralización de atribuciones en materia educativa en el sexenio de Peña Nieto y de Salud y Seguridad en el actual gobierno son grandes retrocesos en un sistema de facto centralista. El campo de batalla es amplio y la agenda de mediano plazo. Ojalá la nueva mesa sirva para alimentar algo más que el ego de los gobernantes.
diego.petersen@informador.com.mx