Ideas

Mentiras mil veces repetidas

“Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”… Con algunas variaciones, esta frase es muy conocida y difícilmente encontraremos a alguien que no esté de acuerdo con ella. Es una estrategia de manipulación de masas que practican sobre todo políticos y que se reproduce a través de medios de comunicación cercanos, consecuentes y cómplices del poder.

La frase se atribuye a dos personajes ubicados en los extremos del espectro político: a Joseph Goebbels, ministro para la Instrucción Pública y Propaganda de Hitler; y a Lenin, marxista, primer dirigente de la antigua URSS, sin embargo, al parecer efectivamente es del primero quien, además del cargo cuya denominación es elocuente, se supone que a la expresión agregó lo siguiente: “Miente, miente, miente que algo quedará; cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá”. Y bueno, aquí se comprueba la máxima bíblica aquella de “por sus frutos los conoceréis”; a él le dio resultado.

Desde hace varios procesos electorales, la clase política en México (unos más que otros) practica esta estrategia con éxito. Hay otro enunciado que lo ejemplifica perfecto: “Si no estás prevenido ante los medios de comunicación, te harán amar al opresor y odiar al oprimido” (Malcom X, activista defensor de los derechos de afroamericanos).

Pues bien, aunque esto se hace desde hace mucho tiempo, insisto, ahora que iniciaron las precampañas de quienes aspiran a candidaturas a la Presidencia de la República, principalmente, en los últimos días se ha recrudecido la andanada de intentos manipuladores y declaraciones engañosas con una insistencia tal que, sí, me acordé de Goebbels. Por supuesto, esto irá de mal en peor.

El caso emblemático de esta semana es Enrique Ochoa Reza quien además ha sido multientrevistado y sus dichos se reproducen a través de redes sociales y plataformas como Twitter, YouTube, Facebook e incluso WhatsApp.

Me tocó escucharlo, ahora sí que por suerte, cuando lo entrevistaron en Radio Red de la Ciudad de México. Dijo que disponía del reporte que acababa de hacer público Bank of America Merril Lynch y que ahí se advertía sobre el “improbable” triunfo de Andrés Manuel López Obrador. De entrada, si es “improbable” ¿para qué dedicarle tiempo? Después citó parte de lo que él dijo era el contenido y lo que más me llamó la atención fue su afirmación de que el triunfo de AMLO significaría “al menos una devaluación de 10 %” y presiones en materia de crisis y desempleo.

Lo primero que se me vino a la mente fue: “eso es lo que tenemos en este momento”, peor, de hecho. Resulta que con Enrique Peña Nieto la devaluación acumulada durante el sexenio que fenece es de 65.15 % y contando, porque los embates de Trump, contra el que el titular del Ejecutivo federal en México no ha sabido ni querido hacer nada, ni siquiera en el mismo terreno de declaraciones, medios y redes sociales, siguen afectando la paridad, más los efectos de otras malas decisiones.

Antes de citar por lo menos un dato más con base en los dichos de Ochoa Reza, también me llama la atención cómo el dirigente del PRI nacional y Bank of America si es que es cierto lo del reporte que cita el político, deducen tal realidad de una “improbable” presidencia de AMLO ¿son videntes, adivinos? Tal precisión es sospechosa. Los datos sí encajan, en
cambio, con la realidad que nos ha recetado el PRI en el sexenio que corre: en materia de empleo, las cifras que maneja Peña son engañosas, lo he escrito aquí en varias ocasiones, porque en realidad el empleo que se ha incrementado es el precario; se han reducido los empleos mejor remunerados y muy los de mexicanos que ganaban un salario mínimo al mes. Lo que sí ha crecido es la tasa de condiciones críticas de ocupación que pasó de 11.74 % al tercer trimestre de 2014 a 13.37 % también al tercer trimestre pero de 2017. De milagro no habló de la inflación que supera los índices desde el año 2000.

El asunto es que debemos estar más atentos que nunca a los dichos de los políticos y, en la medida de lo posible, comprobarlos, verificarlos. La manipulación está a la orden del día, es burda y fácilmente desmontable, pero se atienen que los ciudadanos en general no tenemos tiempo para indagar si son reales sus declaraciones y los datos que manejan (por cierto, busqué el citado informe de Bank of America y no lo hallé).

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