Ideas

Memo y Juan

—Querido Memo ¿qué viste? ¿Por qué esa cara de asustado? ¡Parece que te encontraste con el ánima de Sayula! —exclama Juan en tono de sorna.

—Pior que eso —explica Memo—. Resulta que al mundo en el que crecimos se lo está cargando candingas, y eso me aterra.

—¡No manches, no seas tan dramático! —sonríe Juan— Nuestro país ha sobrevivido a todo tipo de desastres: revoluciones, dictaduras, terremotos, ciclones, latrocinios, pandemias, locos y no sé cuántas calamidades más. No seas pesimista.

—¿Cómo no serlo? Date cuenta. Lo que tanto pregonó el mesías, ya lo logró. Desde el martes 10 es dueño y señor de México. Haciendo uso de todos los recursos del Gobierno, plata, plomo o bote, el Senado aprobó la reforma judicial y, en un auténtico golpe de Estado, rompió el orden constitucional— argumenta Memo.

—Con calma y nos amanecemos —dice Juan—. Yo no veo que sea tan grave. A ver, ¿en qué nos afectan, a ti o a mí, esas reformas?

—No entiendes la trascendencia de lo que está pasando— dice Memo un poco enfadado y agrega—. El poder del Gobierno es tan grande que deben existir las llamadas “garantías individuales” para proteger la libertad y los derechos del ciudadano. Te la pongo de esta manera: la Constitución establece que nadie puede ser detenido sin una orden de aprehensión librada por autoridad competente. Hoy, el Gobierno puede atentar contra todos los derechos y libertades: de pensamiento, expresión, reunión, tránsito, asociación, y propiedad, sin que haya poder que lo evite, ¿capisci?

—Ya voy entendiendo, pero no te exaltes, me pones nervioso— cometa Juan.

En esos momentos llega al café Daniela, sobrina de Memo, con un grupo de amigas, y dice —: Los andábamos buscando, ¿podemos sentarnos?

—¡Claro! Por favor.

—Como estudiantes de derecho, les queríamos preguntar a ustedes, que han estado cerca de la política, cómo ven las cosas.

—Todo puede suceder cuando surge un liderazgo carismático y se violenta el orden constitucional, como es el caso. Estamos expuestos a las ocurrencias del Führer —ilustra Memo y repregunta a Dani—. Y tú, ¿cómo la ves?

—Me asusta mucho. Rompieron el equilibrio arriesgando nuestro futuro. Lejos de fomentar y promover la armonía social, el gobierno sigue estimulando la confrontación y, apoyado en los militares, va a acabar con el estado de derecho.

—Oigan, y ¿ustedes creen que la elección de los vecinos del Norte nos pudiera afectar? —Cuestiona Dani.

—Los gringos tienen intereses. Ellos harán lo que les convenga, independientemente de quién gane, más ahora que van a revisar el T-MEC. Ya sabemos que Trump nos apretará con el tema migratorio y Kamala con el de las drogas. Por lo demás, no veo que haya alteraciones mayores. No olvidemos que México es muy importante para los vecinos. Somos su principal frontera estratégica —ilustra Memo.

—Ustedes desarrollen su inteligencia, prepárense para superar la crisis que ya llegó y recuerden que no hay mal que dure cien años, ni cristiano que los aguante… ¡Ja, ja, ja, ja! —concluye Juan.

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