Ideas

Memo y Juan

-Mi querido Memo, ¿a qué se debe esa cara de preocupación? -pregunta Juan al llegar al café por la mañana.

-Buenos días. Como sabes -responde Memo-, Karen se casó y, como ‘el casado casa quiere’, ella y su esposo se pusieron a buscar dónde vivir y, acomedido, me ofrecí a ayudarles. ¡No lo hubiera hecho!

- ¿Por qué? -pregunta Juan sorprendido.

- ¡Pues, porque no tienes idea de lo difícil que es encontrar un espacio que se acomode a tus necesidades y presupuesto! -comenta Memo.

-No parece tan complicado -dice Juan.

-Trataré de explicártelo -dice Memo-. Entre las inmobiliarias, que son como un enjambre de avispas, y la pretensión de los dueños, que desean obtener altos ingresos por sus propiedades, se ha creado una red de intereses que deforma el mercado de las rentas. Si le agregas la desconfianza creada por muchos inquilinos abusivos que, una vez que entran a ‘tu casa’, después no los puedes sacar, tendrás una visión más o menos aproximada de lo que estamos hablando.

-Eso sí es un problema -comenta Juan.

-Ese juego de intereses hace que los precios suban. Ahora mismo están por las nubes -agrega Memo-. Por una vivienda de tres habitaciones, una pequeña sala-comedor, dos baños y medio, en una zona de la ciudad, más o menos, nada como Andares, te piden los ojos de la cara. Súmale que las agencias que, por cierto, no están reguladas, ‘bloquean’ con ‘convenios de exclusividad’ a los propietarios para evitar que renten directamente a los probables inquilinos.

-Y la tramitología -dice Juan-, al hijo de una amiga le pidieron, para iniciar su gestión, un depósito en garantía equivalente a dos o tres meses de renta que, de no firmarse el contrato, queda en pago de los ‘servicios prestados’, lo que me parece un abuso.

-Si por fin encuentras algo que se ajuste a tus necesidades -agrega Memo-, te piden que les muestres hasta los chones, incluyendo cuentas bancarias, referencias, fiador, comprobantes de ingresos y datos personales. Luego quieren saber todo de tu vida, que si vas a vivir solo o con otra persona, que si son pareja, que si son del mismo sexo y, bueno, si eres afortunado y tratas con alguien educado, que los hay, la presión para que te enganches es demoníaca. Total, toda esta larguísima explicación para decirte que tengo cuatro meses saliendo por la mañana a buscar y regreso en la tarde con las manos vacías. ¿Qué te parece? ¡Ya hasta mi hija piensa que es pretexto para salirme de la casa y andar de vago!

-Je, je… Crea fama y échate a dormir -apostilla Juan- ...Mejor platícame algo menos dramático.

¿Cómo qué? -dice Memo.

-Bueno, pues dime cómo le fue al ‘Preciso’ en su viaje a los EUA -apunta Juan.

-Nomás faltó que lo cuerearan: salió con su rollo mareador de fifís contra conservadores, ¡Imagínate! -exclama Memo.

- ¡Sácate! No andes con vaciladas… Mejor ahí nos vemos.

Eugenio Ruiz Orozco

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