Ideas

Memo y Juan

De vuelta al café Perdiendo el Tiempo, nos encontramos a nuestros amigos platicando. Para abrir boca, Juan comenta a Memo:
-Fíjate que traigo algunos problemas económicos, no me han pagado unas estimaciones y…

Sin dejarlo terminar, Memo lo interrumpe-. Si lo dices para pedirme prestada una lana, desde ahorita te digo que yo también ando medio bruja: el gasto familiar se me ha disparado, así que…

-No seas gacho, no lo dije para eso -responde Juan y agrega-… Fíjate que el domingo acompañé a mi señora al mercado y encontramos que todo está subiendo… A este ritmo no sé dónde vamos a parar.

- ¿Y a qué fuiste? - pregunta Memo.

-Pues a saber cómo andan los precios - contesta Juan.

-La verdad es que todo está muy descompuesto -apunta Memo-… los alimentos por las nubes; la ropa, igual; las medicinas no paran; la gasolina, ya ni te digo, ¡hasta el cine está prohibitivo! Y agrégale que los robos en las calles y en las casas no cesan.

Hace tres días le dieron un levantón a mi cuñado. Lo trajeron ordeñando sus tarjetas y finalmente lo soltaron.

-Menos mal que no le hicieron nada -le comparte Juan, aliviado.

- ¿Y el susto? Es diabético. ¡Le pudo haber subido el azúcar y adiós cuñado! -exclama Memo.

-A mí lo que me tiene muy preocupado es la escalada de violencia -externa Juan-. Ya viste, en Ojuelos, los agentes de seguridad asesinaron en la carretera a una señora que, después de un torneo de golf, iba de Aguascalientes a San Luis Potosí…

- ¡Pero a quién se le ocurre viajar de noche! -dice Memo-. Es de sabido conocimiento que debemos transitar las carreteras solo entre diez de la mañana y seis de la tarde.

-Esto va de mal en peor -se lamenta Juan-. Súmale que, desde el descubrimiento de la famosa casa gris al hijo de López Obrador, se están pegando con todo.

- ¿Quiénes? -pregunta Memo.

-Pos’ el preciso con los periodistas -contesta Juan.

-Eso es muy grave porque ya se están faltando al respeto y acuérdate que, cuando se enojan las comadres, salen los trapitos al sol. Brozo, Carmen Aristegui y muchos más le ayudaron a llegar a la presidencia. Ese pleito no lo va a ganar nunca -comenta Memo.

-Oye, ¿no podríamos mejor hablar de algo más agradable? -sugiere Juan.

- ¿Como de qué? -cuestiona Memo.

-Pues como de que la pandemia parece estarse alejando y ahora nos sentimos más libres -dice Juan.

-La verdad yo prefiero seguirme cuidando -confiesa Memo.

-No me digas que prefieres que estemos todos encerrados. Eso va contra la naturaleza: la vida está en la calle, en los centros comerciales, en los cafés y en el mundo de los espectáculos. ¿Qué haríamos sin ver a los amigos, echarnos un taquito de vez en cuando y, a lo mejor, hasta alguito más? -argumenta Juan.

-Dices bien… Hay que disfrutar el tiempo que nos queda y eliminar pensamientos y relaciones tóxicas. La vida es tan breve… no la echemos a perder -concluye Memo.

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