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Mejor hubiera guardado silencio

Pasada la tragedia, en cuanto se tuvo conocimiento de los hechos, ponderó que hubo comunicación “entre los tres órdenes de gobierno”, realizándose “un amplio despliegue” por parte de las secretarías de la Defensa, Marina, Guardia Nacional y Fiscalía General estatal, “para mantener la paz y el orden”. Y ¿ya para qué?, le preguntaría a Delfina Gómez, gobernadora del Estado de México, quien hizo esa declaración sobre los hechos sucedidos el viernes pasado en Texcaltitlán, donde el orden ya estaba roto y donde la única paz ya era eterna para las 14 personas que allí murieron.

En algunas ocasiones las declaraciones de funcionarios públicos “a toro pasado” de los acontecimientos parece que buscan “impresionar” a la ciudadanía y dar la sensación que han actuado con precisión, logrando evitar una tragedia de mayores consecuencias. La llegada de los cuerpos de seguridad de los diferentes órdenes al lugar de la tragedia fue lógico y normal, donde solamente atestiguaron los sangrientos resultados. Lo oportuno hubiera sido haberlos evitado.

Y para rematar su “valiosa” intervención, la gobernadora en cuestión dijo públicamente haber solicitado a la Fiscalía General del Estado de México “blindar la información” sobre los avances de la investigación, cuando es del conocimiento público los antecedentes de los hechos, quienes fueron los protagonistas, los motivos del enfrentamiento y cuáles fueron los resultados.

Pero la ligereza y aventurado en las declaraciones “oficiales” viene de lo más alto de la administración. Solo hay que recordar lo que el mismo Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, dijo la semana pasada sobre los seis jóvenes asesinados en Guanajuato, de quienes irreflexibamente mencionó que se trató de algo relacionado “con consumo de drogas... Estos muchachos que asesinaron le fueron a comprar a alguien que estaba vendiendo droga en un territorio que pertenecía a otra banda”, lo que fue desmentido horas después por la Fiscalía del Estado.

Y para continuar con las brillantes, oportunas, reveladoras y desvergonzadas declaraciones -siguiendo con nuestro mandatario-, no vayamos tan lejos. Ayer mismo en la mañanera, con motivo de la muerte de María Consuelo Loera Pérez, madre del “Chapo” Guzmán, AMLO pidió “respeto” y “consideración”, al señalar “cualquier ser humano que pierde la vida merece respeto y también consideración a sus familias...”. Y yo me pregunto, cuando ha pedido “respeto” y “consideración” por los 174,033 muertos -hasta el domingo- que ha habido en su sexenio a consecuencia de la violencia extrema en que estamos inmersos. Mejor hubiera guardado silencio.

¿Usted, qué opina?

Daniel Rodríguez

daniel.rodriguez@dbhub.net

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