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"Megamanifestación: ¿qué sigue en la UdeG?"

Infructuoso resultará entrar en la discusión, por demás desairada, que montaron la Universidad de Guadalajara y el Gobierno del Estado de Jalisco: ¿cuántos asistieron a la “megamanifestación” de universitarios el pasado 26 de mayo: 46 mil o más de 100 mil? La cifra no aporta nada y las protestas universitarias no están ni siquiera cerca de la agenda ciudadana en la ciudad y en el Estado, que en cambio sí se ocupa de la inseguridad y la economía.

Como saldo de la movilización, queda al menos la satisfacción de que las autoridades del Estado y del municipio de Guadalajara, se ocuparon lo suficiente como para garantizar que la marcha y el mitin posterior, en la Plaza de la Liberación, se desarrollaran con toda libertad y sin ningún incidente que pueda considerarse de inseguridad.

Fuera de ello, la verdad es que la institución educativa no tuvo la habilidad de enviar un mensaje claro, sencillo y concreto a la gente. Es más, muchos participantes todavía estuvieron haciendo hincapié en los 140 millones de pesos que se habían recortado desde el año pasado al Museo de Ciencias Ambientales, para ser destinados a las obras del Hospital Civil de Oriente, en Tonalá.

La movilización, en realidad, se debía a lo que la rectoría considera un recorte al presupuesto general universitario, que reduce la oportunidad de aumentar la infraestructura para estudiantes de preparatoria y para los nuevos centros universitarios en Tlajomulco y Tlaquepaque. Pero muchos, ni se enteraron.

Además, la estrategia de comunicación se fundó, desde el principio, en declarar que sería la más grande manifestación que hubieran visto los jaliscienses, pero las autoridades universitarias fallaron en este propósito y ni siquiera aplicaron las añejas estrategias de convocar al alumnado.

En síntesis: este episodio en el juego de fuerza política, fue ganado por el Gobierno estatal.

La cuestión ahora es qué sigue. ¿Qué hará la Universidad; qué implementarán sus directivos o la Federación de Estudiantes Universitarios?

El discurso no va a cambiar. Seguirá siendo de enfrentamiento, de tensión. Pero tampoco se va a mover un centímetro la decisión de no entregar más recursos económicos a la Universidad.

Gana fuerza el rumor (por ahora es sólo eso), que atribuye al Presidente Andrés Manuel López Obrador el “patrocinio” del conflicto entre el gobernador Enrique Alfaro y el grupo político que tiene por líder al Lic. Raúl Padilla.

Pero no dejan de ser meros fuegos de artificio. ¿Dónde está la iniciativa para reformar la Ley Orgánica de la UdeG? ¿Dónde la propuesta para modificar los mecanismos de elección de autoridades en los centros universitarios o el Consejo de Rectores? No hay nada. Sólo críticas al aire.

El episodio es como un agregado de páginas en la novela de Lampedusa: “El Gatopardo”. Cambiar cosas para que todo siga igual.

¿Pero no hay alguna novedad, algún residuo de todo esto? Sí... el rector general universitario, Ricardo Villanueva, se autodestapó como potencial candidato a la gubernatura en 2024, e incluso podría ser en Morena. ¿Sorpresa?

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El próximo domingo hay elecciones en seis estados del país. ¿Mantendrá Morena su racha de triunfos electorales?

Jorge Octavio Navarro

jonasn80@gmail.com / @JonasJAL

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