Medio informe
Hasta el momento actual los mexicanos nos hemos conformado con la rendición de informes anuales que hacen presidentes, gobernadores y alcaldes, luego glosados por los correspondientes congresos, glosa benévola de parte de las propias bancadas, parcial y perversa desde las bancadas de oposición, pero rara vez objetiva y libre de partidismos.
No es posible esperar una glosa genuina de parte de legisladores que dejaron de representar los intereses de la sociedad desde hace muchísimos años, para volverse simplemente agentes de los gobernantes en turno, o depredadores a sueldo. Por desgracia, ni la adulación ni la crítica severa tiene como meta aclarar, puntualizar, corregir, o cuestionar un informe con inteligencia y honestidad.
Por lo mismo, los informes que recibimos son siempre medios informes, aún si el informante fuera autocrítico, con las suficientes agallas para reconocer fallas, errores, omisiones, fracasos, no dejaría de ofrecer su personal visión de la gestión realizada.
Nos hace falta la otra mitad, lo que puede testificar la sociedad acerca de lo que han sido estos cinco años, los amigos, siempre invitados a estos eventos porque llevan desplegada la bandera de la parcialidad emotiva. La otra mitad no es solamente la ciudadanía víctima del fracaso de las autoridades en materia de seguridad, sino la gente que, al margen de su personal experiencia, buena o mala, pueda tener una visión objetiva y fundamentada, libre de filias y fobias.
Esta observación no excluye el hecho de que el informe dado por el Gobierno estatal haya sido mediáticamente excelente, con un dominio claro de los datos, con un buen manejo de las cifras, y un desborde de optimismo no desdeñable, la lista de los proyectos realizados o en camino de serlo dejó la imagen de un Jalisco pujante, emprendedor, que sigue ofreciendo fuentes de trabajo y de progreso, un Jalisco que sería fascinante si no pesara sobre nuestra vida el lastre ominoso del crimen organizado, el gran pendiente que no se logra resolver.
Aunque Jalisco ha alcanzado primeros niveles en varios rubros que son de la mayor importancia, también los conservamos en campos que generan enorme sufrimiento a la población, a esos cientos de familias que han perdido a sus seres queridos a manos de la delincuencia, y para las cuales no hubo una sola palabra, de esta suerte no sólo han desaparecido sus familiares, también ellos son desaparecidos a la hora de las cuentas alegres, porque seguramente se pensó que un informe debe ser solamente de lo bueno y lo positivo, no es cuestión de agriar la fiesta con otro tipo de datos, que sin embargo también son parte de la vida de Jalisco en estos últimos cinco años.
Considero que el Gobierno ha trabajado, pero a veces da la impresión de que su trabajo se dirigió hacia campos ajenos a las expectativas más apremiantes de la sociedad, que son la seguridad, la vida, el respeto a sus bienes y a sus seres queridos ¿cómo hacer entender a nuestros políticos que este asunto es de crucial importancia?
No hace tanto circulaba un “spot”, por cierto muy torpe y engañoso, en que se confrontaban los logros del Gobierno federal con los precios de la canasta básica, lo mismo se podría hacer hoy con cualquier Informe de Gobierno, tenemos esto y logramos aquello, pero la gente sigue desapareciendo, alcanzamos tal meta y tal otra, pero los chantajes y las extorsiones no paran, ya tenemos el primer sitio en aquello, pero también en robo de autos y en fosas clandestinas ¿hasta cuándo?