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Mayoría opositora, el dilema para Lemus

De hecho, pasemos por un antecedente histórico: Desde que en los últimos años del siglo pasado fue gobernador Alberto Cárdenas Jiménez, y le siguieron Francisco Ramírez Acuña, Emilio González Márquez y Jorge Aristóteles Sandoval, todos enfrentaron la condición de un Congreso local dominado por la oposición, al menos en la segunda parte de sus gestiones.

El único mandatario en la era moderna que tuvo siempre un Poder Legislativo con mayoría de su partido ha sido Enrique Alfaro Ramírez.

¿Qué puede deducirse? Que el caso de Pablo Lemus gobernador, con una Legislatura de mayoría opositora no es inédito, ni tampoco se paralizan el Estado y el Gobierno jalisciense porque haya más diputados de oposición. Claro, habrá desencuentros, pero justamente es lo que propone la ingeniería constitucional: que se obligue a los poderes establecidos a negociar, tener equilibrios y alcanzar acuerdos.

Es interesante con quiénes negociará, de inicio, el gobernador: en su fracción, seguramente habrá una coordinadora, y figuran para tener esa posición las pocas diputadas electas que consiguieron la reelección, en este caso Mónica Magaña, Gabriela Cárdenas o Priscilla Franco. Son cuadros de Movimiento Ciudadano que conocen de la operación y que acumulan experiencia en el Congreso local.

En la tercera fracción con más diputados, la del PAN, se anticipa que la coordinadora seguirá siendo Claudia Murguía, también diputada reelecta y con el antecedente de haber sido coordinadora de su fracción en el actual Congreso local. También conoce y domina las reglas de la negociación, aunque en fechas recientes ha tenido choques con el Gobierno estatal vigente.

Y la coordinación que definirá si el diálogo es fluido o muy complicado con el Gobierno estatal, la de la fracción de diputados de Morena y aliados, se está disputando en este momento.

Se manejan dos nombres para coordinar a la gran oposición: Tonatiuh Bravo Padilla, ex rector de la Universidad de Guadalajara y quien ganó el escaño en el Congreso compitiendo en el Distrito 11; la otra opción es Alejandro Puerto, ex regidor de Zapopan y que llega al Congreso como diputado plurinominal.

El ex rector es moderado, no necesariamente cercano a Morena y un añejo jugador de la política en el Estado. Siempre relacionado con el grupo político de la UdeG puede ser un aliado del diálogo.

Alejandro Puerto, en cambio, es un morenista duro. Se ha caracterizado por su postura crítica y no sería precisamente el más proclive a negociar.

Este es el panorama general que se avecina en el tablero de la política estatal, y naturalmente, mucho pesará la directriz que reciban los morenistas desde Palacio Nacional.

Es el abanico de los dilemas para el siguiente gobernador.

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