Marcela Valadez Lugo
“Para mí la fotografía es como una extensión de mis ojos pero a la vez es mi forma de ver al mundo, es mi carácter, mi personalidad, me cuesta trabajo describirlo pero es como una simbiosis, es mi forma de conectarme con el mundo”.
Marcela nació en la Ciudad de México el 1 de abril de 1968. Aparte de su lengua materna, Marcela habla inglés, francés, italiano y actualmente estudia catalán, el idioma de su esposo, pues le gustaría que sus hijas recuperen esa otra parte de sus raíces. Al preguntarle cómo se inició en el arte de la fotografía, describe sus primeros recuerdos: tendría cinco años cuando recibió guiños de las imágenes -yo era muy curiosa- dice. Cuenta que en su familia eran “muy encerrados” de manera que las pocas veces que salían a pasear o a visitar a su tía que vivía al Sur de la ciudad, ella se pegaba a la ventanilla del carro, su mirada trataba de conservar todo lo que veía, “eso es una fotografía”. Estas imágenes no quedaron en el destierro, en 1987 se inicia formalmente en este arte; sucedió mientras estudiaba Ciencias de la comunicación en el TEC de Monterrey, ya que era una de las materias básicas de esa licenciatura. Marcela pronto se sintió como pez en el agua en esta materia, siempre sacaba diez, lo cual era extraño pues su maestro, el destacado fotógrafo Emilio Alvarado Badillo, era muy estricto y difícil de dar gusto; Alvarado Badillo en aquel tiempo también era rector del TEC del Estado de México. Marcela se inicia en este arte con una cámara análoga de uso común en aquellos años, con el clásico rollo de 35 mm (casi olvidado) y en blanco y negro. En el cuarto oscuro, mientras revelaba sus rollos supo que jugando con la luz, la oscuridad y el tiempo del papel fotográfico en el revelador lograban efectos importantes -el equivalente al Photoshop y lo digital de ahora- opina. Sin embargo, abandonó este amor temporalmente pues tenía la inquietud de estudiar en Estados Unidos, no fue aprobado por su papá, tuvo que conseguir trabajo para ahorrar, así llegó a Houston con el pretexto de estudiar francés en la Alianza Francesa de aquella ciudad. A su regreso tuvo que decidir entre laborar en una institución bancaria o The Image Bank que después se fusionó con Getty Images, decidió por El Banco por razones prácticas. Ahí conoció a su esposo, cuando nacieron sus hijas se retiró del ámbito laboral ‘formal’, ya que comenzó a mudarse a diferentes ciudades, primero a Querétaro, ciudad que la volvió a enamorar con paisajes de su Centro Histórico: iglesias, calles, casonas, etc. Cada que regresa la sorprende con nuevos detalles, nuevos ángulos. Finalmente a Guadalajara en 2007, donde coinciden ella y el boom de las redes sociales, se puso en contacto con sus compañeros fotógrafos. Se inician dos nuevas etapas en su carrera: la autodidacta y la de fotógrafa digital. Esta nueva fase la inicia con una cámara muy sencilla, la point and shoot (apunta y dispara), después cambia a una réflex profesional, aunque como Marcela dice “sin ojo no hay foto”, no importa la cámara, lo que importa es lo que el ojo descubre, el detalle inesperado, otra luz, otra composición. Una de sus fotografías fue seleccionada para la campaña de una importante empresa automotriz que mostraba en todo el país escenas de la Ciudad de México. Recientemente participó en la exposición “Miradas de lo cotidiano”, organizado por el Patronato del Centro Histórico de Guadalajara, una exposición colectiva que mostraba paisajes urbanos, el trabajo de Marcela gustó tanto que le pidieron más fotos que al resto de los participantes, exhibió una del Instituto Cabañas que se consideró la más destacada de la muestra. Su obra se exhibe de manera permanente en diferentes ligas, los interesados las pueden encontrar en Twitter @MarcelaValadez3.
Algunos de los comentarios más destacados en su link:
“Genial todo su trabajo. Felicidades” -Anselmo Sousa (fotógrafo brasileño).
“Me encantan sus fotos” -Pepe Montalvo (importante publicista mexicano).
Para finalizar esta historia de Marcela y luces, cito: “Encontrar la luz ensimismada que duerme, eso es la fotografía, una abertura de luz por donde pasa el tiempo” (I.H.).