Ideas

Macro-refrito

La macro recomendación del ombudsman estatal Alfonso Hernández en materia de seguridad nos dejó un sabor de boca agridulce.

Su propuesta más bien parecía una versión edulcorada del apartado de seguridad del Plan Estatal de Desarrollo. Exige muchas generalidades como rondas de vigilancia en torno a centros escolares, menos impunidad, freno a la violencia contra la mujer y espacios públicos amigables. Ante esto, cualquier instancia de gobierno puede sacarse de la manga acciones ya implementadas como Zapopan que, para pronto, respondió con sus programas “Enchúlame Zapopan” y “Senderos Seguros”.

Y las propuestas concretas del ombudsman, como una Fiscalía especializada para delitos contra estudiantes, son una barbaridad, por no decir una puntada de mal gusto. ¡Si no pueden echar a andar la Fiscalía Anticorrupción!

Lo que no tiene perdón es la recomendación al Legislativo local para que bautice calles con nombres de pacifistas. Nos quedaron a deber.

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Suma de morenistas

Sin conformar una bancada oficial, Morena ya se convirtió en la cuarta fuerza en el Congreso local con Hugo Rodríguez, Claudia Delgadillo y la reciente incorporación de la emecista Martha Villanueva.

Con tres legisladores, los morenistas empataron al Verde y ya superaron al PRD o Nueva Alianza. En una votación dividida, ya tendrán “canicas” para marcar diferencia. Sólo falta ver a quién responden o quién los pastorea. Y espérense. Todo indica que el grupo de Morena podría crecer pues están en la mira al menos dos diputados que deshojan la margarita para decidir si cambian la camiseta naranja por la tinta. El “sheriff legislativo” Salvador Caro ya estuviera poniendo orden.

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Políticos en fuga

El otro “chapulín” del día fue el regidor panista de Guadalajara Juan Carlos Márquez, quien brincó a Movimiento Ciudadano. Qué novedad, comentan al fondo de esta H. Cantina, si desde hace meses era un secreto a voces que su manita para votar y corazoncito ya estaba con los naranjas. A todo esto, parece que los recientes cambios de partido ya no han generado polémica como los primeros. ¿Será porque ya entendimos que en realidad sólo se trata de un cambio de fachada política? En el fondo, sabemos que verdes, rojos o azules, todos quieren lo mismo: “hueso”, posiciones y poder.

Si lo de menos es el color de la camiseta.

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