Lupe-Reyes
Desde la segunda quincena de enero, poco antes del 27 de febrero de este año, cuando se registró el primer caso de COVID-19 en México, todavía con información preliminar e incierta sobre las características del nuevo virus y de la enfermedad de “etiología desconocida” que causaba, se diseñó la estrategia en la Secretaría de Salud del Gobierno federal y a través del Boletín epidemiológico y los mecanismos de información y capacitación que funcionan desde hace lustros en el sistema en todo el país, se planteó una evolución muy cercana a lo que ha sido el desarrollo de la pandemia en México, incluso antes de que fuera identificada como tal.
Es parte de los conocimientos que sobre epidemiología y pandemia tienen los especialistas en la materia, con base también en casos similares a lo largo de la historia. Si tiene oportunidad de ver la primera conferencia de prensa en la Secretaría de Salud, justo del 27 de febrero, se podrán dar una idea muy cercana de lo que comento (para que no busquen mucho: https://www.youtube.com/watch?v=5GGQsa6i7aA&list=PLGXdecMVSUSAkek2ZNJBoJdYayHeKz8Gw&index=36&t=43s&ab_channel=UnoTV). Y debo decir además que fue desde la segunda semana de enero de este año que se empezó a publicar información sobre la enfermedad todavía desconocida, en el Boletín epidemiológico que se elabora y circula cada semana desde fines del siglo XIX y está accesible en internet.
Desde entonces, se dijo que había comunicación estrecha con los 32 estados de la República. Bien, todo esto para recordar que, a mediados de mayo, en una de las conferencias vespertinas en las que se ofrece información de la COVID-19 todos los días, se anunció que la incidencia de la enfermedad podría recrudecerse a partir de octubre, en el inicio de la temporada de influenza. Dicho y hecho.
La cuestión es que no sólo ha sido la llegada del frío, sino que, en general, se han relajado las medidas de protección y prevención contra la COVID-19. En Jalisco, para no ir muy lejos, los niveles de positividad, después del botón de emergencia, se han incrementado de manera preocupante, hasta 42% con datos al 9 de diciembre pasado; la capacidad de varios hospitales en cuanto a la disponibilidad de camas con ventilador está al tope, según el Sistema IRAG (https://www.gits.igg.unam.mx/red-irag-dashboard/reviewHome) y también están aumentando contagios y defunciones con base en datos de Radar Jalisco. El Dr. Carlos Alonso lamentablemente concluyó que el botón de emergencia no sirvió para detener la cadena de contagios.
Las cifras de las diversas fuentes coinciden, más allá de las diferencias que han prevalecido durante toda la pandemia. Eso no es más que indicativo de que las cosas no están bien. Y no sólo en Jalisco o la Ciudad de México (el llamado de ayer de Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno, a través de redes sociales, es fuerte), en todo el país; no se diga en el mundo, con el discurso urgente de Angela Merkel, la canciller Federal de Alemania. Son buenas noticias las relativas a la vacuna, pero el proceso lleva su tiempo, no será inmediato.
En España, la viróloga Margarita del Val que he citado en otras ocasiones y recomiendo ampliamente, dijo hace menos de un mes lo siguiente: “No podemos negociar con el virus que vamos a tener unas navidades tranquilas, porque va a hacer frío y en interiores hay más riesgo. 25 de diciembre: Zoom, Zoom, Zoom. Pues eso. Que todo lo malo de esta vida sea que no vamos a poder celebrar la comida de Navidad. Es un mal menor. Hay que buscar alternativas” (https://smoda.elpais.com/moda/actualidad/margarita-del-val-cientifica-covid-coronavirus-navidad-vacunas/).
En México, el día de hoy empieza el famosísimo puente Lupe-Reyes (felicidades a todas las Lupitas). Nos encanta la fiesta, sí, somos pachangueros, está en nuestra idiosincrasia; esta actitud, particularmente el amor por la familia y el deseo de reunirnos siempre con pretextos o sin ellos, es admirada incluso en otros países. En lo personal me encantan, pero no está el horno para bollos. No es pertinente hacer lo que acostumbramos en estas fechas, toca aguantarse, que quepa en nosotros la prudencia, ser pacientes, buscar alternativas como dice la Dra. Del Val y esperar tiempos propicios porque sólo así saldremos en mejores condiciones de este impase. Es una apuesta por la salud y la vida.
A veces pienso que se nos olvida que estamos en medio de una pandemia en el mundo con características sólo comparables con la de 1918, cuando la gripe española. Aun así, estamos mejor que entonces, mucho mejor, precisamente por eso hay que cuidarnos y cuidar a los otros, para no llegar a los niveles que se registraron entonces. Por una vez en la vida no vamos a celebrar el Lupe-Reyes como sabemos y como nos gusta, por favor, pero estaremos vivos para hacerlo el año que entra. #YoMeQuedoEnCasa #TeCuidoMeCuidas.
lauracastro05@gmail.com