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Lupa militar a juzgado y a Puente Grande

Por decir lo menos, muy desconcertados se encuentran en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por la reciente liberación de las celdas de Puente Grande de José Manuel “P”, quien era el único detenido por la desaparición del coronel José Isidro Grimaldo Muñoz, comandante del 16 Regimiento de Caballería Motorizada en Nuevo Laredo, Tamaulipas, quien fue privado de su libertad el pasado 10 de diciembre cuando vacacionaba en Tapalpa, Jalisco.

José Manuel “P” es hermano de Juan Carlos Pizano Ornelas, alias “El CR”, uno de los cabecillas del cártel Nueva Generación (CNG) y a quien las investigaciones militares señalan como el que ordenó el secuestro del mando castrense en las calles de ese destino de montaña jalisciense.

Sin que se sepa nada del paradero del coronel y mientras su búsqueda continúa, elementos del Ejército Mexicano y de la Fiscalía General de la República (FGR) habían logrado la detención de José Manuel “P” la mañana del viernes 6 de enero en el centro del municipio de Chiquilistlán, ubicado a menos de 20 kilómetros de la cabecera municipal de Tapalpa, donde ocurrió el plagio de Grimaldo Muñoz. Al momento de su detención transitaba armado, acompañado de otra persona en una camioneta en la que encontraron cargadores de diversos calibres.

De entrada la lupa militar esta puesta en el juzgado que le otorgó la libertad condicional tras sentenciarlo con condenas mínimas de cuatro años de prisión por portación de arma y delitos contra la salud.

También han puesto el ojo en lo que ocurrió en Puente Grande el día que salió libre ya que advierten que se dio en fast-track y sin que se cumplieran los procedimientos de rutina para revisar si a quien se va a liberar no tiene algún otro expediente abierto u orden de aprehensión pendiente de ejecutar.

En la cúpula militar quieren ahondar en el caso, más allá del cese que vino luego de esta liberación, del jefe de Custodia y Vigilancia de la Dirección General de Prevención y Reinserción Social, José Guadalupe Covarrubias Ramírez, y que provocó toda una serie de reacomodos en puestos claves de núcleo penitenciario de Puente Grande.

Así que habrá que esperar en qué terminan estas diligencias militares en las oficinas del Poder Judicial en las que pudieran interponer alguna queja por la resolución que ordenó la liberación de José Manuel “P”, y con las autoridades carcelarias de Jalisco a las que podrían solicitar no sólo despedir al que era el responsable de la seguridad de todas las prisiones del estado, sino llamarlo a comparecer para que explique la celeridad de la excarcelación del único detenido por la desaparición de uno de los suyos.

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