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Luego del INE, es la hora de la defensa del INAI

El viernes pasado, el Presidente Andrés Manuel López Obrador aprovechó su reaparición en la rueda de prensa mañanera para dejar claro que al igual que intentaron sepultar al Instituto Nacional Electoral (INE), ahora todas las baterías estarán enfocadas a destruir el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (INAI).

Como lo he consignado aquí, la animadversión del Presidente contra todo lo que huela a contrapesos, como lo son los Organismos Constitucionales Autónomos (OCA´s), lo expresó desde inicios de su sexenio, pero siempre dejó patente que luego de la desaparición del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), que prometió a sus aliados electorales de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), lo que seguía era ir por el INE y el INAI.

Además de los continuos descalificativos desde el púlpito presidencial al trabajo del organismo garante de hacer valer el acceso a la información pública, hubo una clara estrategia de congelarlo al ordenar a las bancadas legislativas de Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados y Senadores no renovar a los comisionados que iban terminando sus periodos.

De hecho, el INAI quedó paralizado, en fase de inoperancia desde el primero de abril que el comisionado Rafael Javier Acuña Llamas concluyó su periodo, y dejó sin quorum el pleno, que como mínimo debe reunir a cinco comisionados.

Pero el embate había iniciado más de un año antes, cuando terminó el periodo de otros dos comisionados, y luego de una lenta definición en el Senado para elegir a sus sucesores, el Presidente Andrés Manuel López Obrador decidió vetarlos bajo el argumento de que eran producto del reparto de cuotas entre panistas y morenistas.

Por lo ocurrido el jueves y viernes en el Senado, es claro que ese veto fue sólo una coartada y la confirmación de la instrucción presidencial que tienen las y los senadores morenistas y sus aliados, de no elegir a los comisionados faltantes como se los comunicó el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, en una sesión privada, que algún senador morenista simpatizante de otra “corcholata”, grabó y filtró para exhibirlo.

El jueves, la mayoría morenista hizo quedar muy mal a su aún líder parlamentario Ricardo Monreal, quien había prometido a las y los senadores opositores que ya tenía un acuerdo con su bancada para aprobar al menos a un comisionado, pero a la hora de la votación, el único que votó a favor fue el ex gobernador zacatecano, por lo que la oposición tomó la sala de plenos de la Cámara alta.

Al día siguiente, en su reaparición en la mañanera, López Obrador insistió en que el INAI debe desaparecer, mientras que más tarde un debilitado Monreal reconoció que ya había agotado sus posibilidades y que “el tema del INAI es intransitable” porque su grupo parlamentario ya había decidido.

Lo dicho, si en estos organismos se ha incurrido en excesos, sin duda se tienen que sancionar y corregir, pero no se puede hacer una descalificación total de su trabajo para eliminar la supervisión de esas nuevas aduanas que hacen escrutinio del ejercicio y resultados de la administración pública, al que la 4T no se quiere someter y sí retroceder a las épocas de opacidad.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación debe frenar, al igual que lo hizo en el caso del INE, este exceso y desde la sociedad civil es momento de defender al INAI, con la misma energía que con el órgano electoral.

jbarrera4r@gmail.com

Jaime Barrera

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