Los “soldados” de la partidocracia
De cara a la elección de 2024 revisé los padrones de militantes de los siete partidos políticos de Jalisco con representación en el Congreso local: PRI, PAN, Verde, Morena, Movimiento Ciudadano, Futuro y Hagamos.
Más militantes no se traducen en más votos en automático. Pero es importante su función clientelar y movilizadora el día de la elección en un momento de apatía y rechazo a los partidos políticos -son la institución más desprestigiada en México: siete de cada 10 mexicanos desconfía de ellos, según el Inegi-. Visto con pragmatismo, entre menos salen a votar, más importante es la estructura partidista.
Redondeo cifras a continuación. En Jalisco el partido con más militantes es Movimiento Ciudadano: 60 mil afiliados. Le sigue Morena ligeramente abajo con 58 mil. Luego Hagamos con 23 mil; PAN con 19 mil ; Futuro con 17 mil; PRI con 7 mil y al final el Verde con 430.
Aventuro algunas observaciones. Hagamos es el tercer partido con más militantes y Futuro se ubica en una quinta posición. En conjunto aglutinan a uno de cada cinco militantes en la Entidad. Es una estructura nada despreciable si se conforma, como se bromea en redes, el partido “Hagamos Futuro” para sumarse en coalición local con Morena. Sobre todo después de la reciente foto de Ricardo Villanueva con Pedro Kumamoto. Se trata de dos partidos satélite, con jugosas prerrogativas, que apuestan por esa máxima que reza que en México perder elecciones es un negocio.
Movimiento Ciudadano y Morena tienen casi la misma cantidad de militantes con una ligera ventaja para el primero. Una ecuación que a nivel nacional se invierte de forma abrupta. Mientras Morena cuenta con 2.3 millones de afiliados en el país, los naranjas alcanzan apenas 384 mil, sólo arriba del mínimo necesario para mantener el registro. Significa que en Jalisco, Morena y Movimiento Ciudadano compiten en condiciones muy distintas al escenario nacional.
Del PRI y el PAN, ¿qué se puede añadir ante sus elocuentes cifras? El tricolor, que llegó a tener la base clientelar más numerosa, está apenas por encima del Verde. El PAN, otrora el partido en el poder con más adeptos, también se ha desplomado.
La baja en los padrones de militantes es un fenómeno general. En 2019 había 13 millones de militantes repartidos en siete fuerzas políticas. Tras una depuración de los padrones probablemente inflados y amañados, el INE reportó 6.4 millones de militantes en 2023.
Ahora, ¿para qué sirve un militante? Las militancias partidistas han sido históricamente una base de afiliados muchas veces intermitente, instrumental sólo para el día de la elección y producto de desechos políticos que se traspasan entre uno y otro partido.
Los contornos ideológicos de los institutos políticos se han desdibujado. Estamos entre el Frente Amplio por México, incapaz de formular un programa ideológico coherente, y una simplificación dogmática de la historia y el presente con Morena.
Las militancias no forman perfiles políticos sino soldados clientelares siempre al mejor postor con cúpulas partidistas que presumen su vocación demócrata hacia el exterior pero al interior carecen de una democracia interna. La escuela de cuadros que debería ser la base militante es sustituida por el dedazo, el compadrazgo y el interés electoral para acceder al poder y sus prebendas. De esos acuerdos cupulares y verticales surge nuestra clase política, no de la base partidista siempre desechable y ahora más que nunca en crisis.