Los riesgos que nos pueden explotar en el 2024
En el curso de las próximas semanas comenzarán las consultas entre el Gobierno de México y el de EU, con motivo de las presuntas violaciones que la política energética mexicana comete a las reglas del TMEC.
Es probable que de las consultas no resulte un acuerdo y por lo tanto tenga que establecerse un panel para la resolución de controversias, que también probablemente fallaría en contra del Gobierno mexicano y le impondría sanciones arancelarias que algunos han cifrado en algo así como 30 mil millones de dólares.
De acuerdo con lo dicho por el Presidente López Obrador, uno de los riesgos que existen es que no se acepten las sanciones y AMLO decida que es mejor salirnos del Tratado antes que ver amenazada la soberanía.
Esa mera posibilidad significaría un terremoto económico y financiero en 2024, que es la fecha probable en la que concluiría el panel.
Además del tema vinculado con el TMEC, otro de los peligros más claros tiene que ver con el proceso electoral del 2024.
Si, al margen de que Morena esté haciendo todo lo posible por tener una ventaja en ese proceso, en lo legal y en lo que no lo es tanto, resultara que la oposición triunfara por un margen relativamente pequeño, existe la posibilidad de que Morena y el Gobierno desconocieran el resultado.
¿Cómo se expresaría el rechazo al resultado electoral?
De modos muy diversos que van desde la impugnación jurídica hasta la movilización política.
En el 2006, López Obrador no aceptó su derrota en la elección presidencial y realizó un plantón de varias semanas en el centro de la Ciudad de México.
La diferencia respecto a aquel año es que ahora él está en el poder, y podría negarse a abandonarlo, precisamente como una expresión de ese rechazo.
En el mismo sentido, en el proceso hacia el 2024 otra posibilidad es que las autoridades electorales inhabiliten a alguno o algunos de los aspirantes de Morena que están realizando actividades electorales anticipadas.
En ese caso, también hay un riesgo de que López Obrador y Morena rechacen la decisión de la autoridad electoral y generen una crisis institucional.
El Gobierno igualmente hará lo necesario para mermar la fuerza de las autoridades electorales, sea recortando su presupuesto o incluso no nombrando a los reemplazos de los consejeros cuyo periodo termina.
Una autoridad electoral débil, con una elección competida y en donde hay una fuerza política que sistemáticamente se salta las reglas puede ser la combinación segura para una crisis.
Por si algo faltara, también hay que tomar en cuenta la posibilidad de que en el 2024 haya una intervención más activa del crimen organizado, si es que perciben que puede haber un cambio en la estrategia del actual gobierno, que le ha permitido a los carteles tener una acción mucho más abierta que en otros momentos.
La enumeración de los riesgos políticos no implica que las situaciones descritas vayan a presentarse.
Pero sí que son posibilidades que no pueden descartarse.
No cerremos los ojos.