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Los retos con el ‘matrimonio’ China-CELAC

Para muchos medios y analistas, pasó desapercibido; para otros, lo ignoraron, y muy pocos captaron la trascendencia que tuvo la presencia grabada de Xi Jinping, presidente de China, en la reunión del sábado pasado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Todos estábamos atentos, en el preámbulo de la reunión, de la llegada y participación en los festejos de Independencia de México del mandatario de Cuba Miguel Díaz-Canel, de la llegada del gobernante venezolano Nicolás Maduro y ya durante la sesión, de la manera que iba a plantear el presidente Lopez Obrador el ‘cacareado’ asunto de la sustitución de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la formación de un organismo similar a la Unión Europea.

Sin embargo, los enfrentamientos verbales por las diferencias políticas e ideológicas, las ausencias de mandatarios claves y el no abordar temas actuales y prioritarios de la región, como puede ser la migración masiva, hicieron que casi pasara desapercibido la presencia del presidente chino.

Prometió XI Jinping que "China continuará prestando apoyo a los países de América Latina y el Caribe (...), y ayudará a los países de la región a superar la pandemia pronto y a resumir su desarrollo económico y social", además de insistir que esta es una “nueva era”, que está marcada por la “igualdad, el beneficio mutuo y la innovación”.

El interés chino y un activo intercambio con países del continente no es nuevo. Desde principios de este siglo China ha penetrado en América Latina de una manera muy agresiva. Los vínculos comerciales y de inversión han pasado a significar una  pieza clave en el crecimiento y desarrollo de varias naciones, y se han convertido en el principal socio comercial con varios países. Ya es el primer mercado de destino de las exportaciones de Brasil y Chile, y segundo de Perú, Cuba y Costa Rica. América Latina se ha convertido en el objetivo de una competencia estratégica en la competencia entre los Estados Unidos y China.

Durante 20 años el crecimiento de China en el continente ha pasado prácticamente desapercibido. Y no solamente eso. De acuerdo con un estudio de la Universidad Libre de Colombia, desde el 2008, “China también ha expandido los vínculos con América Latina desde el punto de vista militar o de defensa, en las que destacan las visitas mutuas de defensa y de funcionarios militares entre las dos partes, así como intercambio de personal”.

América Latina, económica y estratégicamente, es muy relevante para China, y las iniciativas de inversión y de asistencia que ahora proporciona a varios países, se interpreta como una estrategia preocupante para Estados Unidos, porque históricamente América es su zona de influencia natural.

La Casa Blanca debe estar muy preocupada por el ‘matrimonio’ de varios países de América con China y por los diferentes ‘mensajes’ enviados desde México el pasado fin de semana, donde los no ‘lacayos’ se acercaron mucho a las barbas del imperio y en coordinación con el anfitrión ‘lanzaron retos’, atrevimientos que muy pronto sabremos cómo fueron interpretados en Washington. ¿Usted, qué opina?

daniel.rodriguez@dbhub.net

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